Blogia
APUDEPA

Ángel Garcés Sanagustín: Modelo Urbanístico Aragonés

Ángel Garcés Sanagustín: Modelo Urbanístico Aragonés

Vista Monegros, nuevo sueño de la especulación. Foto Apudepa. Como tenemos un modelo urbanístico en Aragón desaforado, hoy traemos un interesante artículo del profesor de Derecho Administrativo de la Universidad de Zaragoza Ángel Garcés para que Vds. vean lo mal que andan las cosas relacionadas con la construcción, el suelo, la ordenación del territorio y el paisaje. Todo ello lo hemos precedido con unos datos estadísticos de Ecodes, Fundación Ecología y Desarrollo, publicados en el 2006. Verán que hay más que motivo para preocuparse. El urbanismo es cosa de todos, no podemos estar al margen del mismo y es hora que el ciudadano español haga un serio seguimiento del mismo.

Ecodes, datos para Aragón (2006):

· Entre 1987-2000 la superficie del área metropolitana de Zaragoza ha crecido un 21.6%. La población en ese mismo período un 0.5 %
· En Aragón se han visado 19.437 proyectos, un 10 % más que el año pasado, de ellos 4.000 son en el Pirineo
· La superficie urbanizable en Aragón ha crecido un 32% en los veinte últimos años. Es la cuarta parte de todo lo construido a lo largo de su historia.
· A este ritmo en 6 años se habrá acabado con todo el suelo urbanizable planificado en el Pirineo aragonés.
· El suelo industrial ha crecido un 50 % entre 1987-2000
· El suelo utilizado para redes de transporte ha aumentado un 53%, de esta ocupación la mayoría, un 76% ha sido arrebatado de suelo agrícola.
------------------------------

Modelo Urbanístico Aragonés

«La grandeza del modelo urbanístico aragonés es que no hay modelo, porque no hay planificación territorial». «Hecha la trampa, hecha la ley».

Por Ángel Garcés Sanagustín. Prof. Derecho administrativo

Heraldo de Aragón Domingo, 1 de junio 2008

En el urbanismo aragonés las normas son más pasajeras que los planes y, por tanto, el marco jurídico más fugaz que los instrumentos que regula. El Derecho transitorio prevalece sobre las normas nacidas con vocación de per­manencia. La improvisación prima sobre la planificación.

Las ocurrencias se imponen a las ideas sobre las que se sustentó una supuesta planificación. Los pactos desaforados con los promotores desvanecen cual­quier idea de participación ciudadana en el diseño de la ciudad. La ciudad crece a expensas de los intereses de quienes la construyen y no en función de las nece­sidades de quienes la habitan.

En todo el territorio intentan aflorar Pequeñas Scalas, en lo que no es más que una mera imitación en miniatura de los delirios de grandeza de algunos gestores del Pignatelli. ¿Y qué legitimidad moral les queda a estos para frenar los ímpetus de los alcaldes que quieren quintuplicar su población a base de adosados, campos de golf y centros de ocio?

Por otro lado, los convenios urbanísti­cos que impliquen una revisión del Plan General se reputan nulos, reza la Ley. Pe­ro, a la vez, se crea el suelo concertado, que, con la excusa del interés general, per­mitirá la transformación ingente de sue­lo, al margen del planeamiento, pero no de los intereses de ciertos promotores.

El Gobierno de Aragón ha asumido, ha avocado, ha atraído para sí una compe­tencia que era estrictamente municipal, la del urbanismo. El Gobierno de Aragón no cree en la autonomía del territorio. Cuantas más Administraciones locales crea, más control ejerce sobre el medio rural. Y para ello cuenta con un instru­mento de dominación único: el incre­mento exponencial del papeleo. La buro­cracia es de tal magnitud que, incluso en municipios de menos de cien habitantes se exige un estudio de movilidad, uno más de los centenares requisitos que se piden para tramitar un Plan General. Y el cajón en que este se traduce se somete a información pública, aunque la in formación nunca llega al público.

Y todo ello hace que la primigenia idea de ordenación de la ciudad y del territorio se pierda en un marasmo de leyes, reglamentos, entes públicos y trámites sil fin, que, con la excusa del control de la legalidad, hacen incontrolable el proceso. Malos reyes, muchas leyes.

Vivimos en una tierra en que las principales fuentes de negocio son la recalificación del suelo y del aire (energía eólica) y, por tanto, los negocios que se alumbran en las cercanías del poder. Y para completar el aprovechamiento de los cuatro elementos aristotélicos habría que recordar que el agua es un bien público patrimonializado a largo plazo por algunos particulares y que el suelo, otrora fuente de recalificaciones, es hoy un perfecta excusa para la colocación de militantes, simpatizantes y afines en algunos lugares del territorio.

Y todo ello nos permite convivir felizmente con las paradojas que producimos, porque, en un territorio en el que sobra espacio, da la impresión de que falta suelo.

Pero lo más curioso del urbanismo aragonés, lo que nos enseña cualquier proceso de transformación urbanística, lo que nos pone de manifiesto cualquier proyecto urbanístico, es que, frente al tradición aforismo de «hecha la ley, hecha la trampa», nuestros políticos se las han ingeniado para proponer al mundo una nueva forma de encarar la relación entre el Derecho y la realidad; han creado un nuevo aforismo, «hecha la trampa, hecha la ley».

La grandeza del modelo urbanístico aragonés es que no hay modelo, porque no hay planificación territorial. Si la hubiera, se impondrían algunos límites. Pero quién puede poner puertas al campo de la especulación.

Y, mientras tanto, asistimos a un den dado esfuerzo por ruralizar la ciudad y urbanizar el campo. Y a esto lo llaman algunos desarrollo sostenible.

Ángel Garcés Sanagustín es profesor de Derecho Administrativo de la Universidad de Zaragoza

3 comentarios

Curiosa -

Hoy el profesor Daniel Zarza, arquitecto y catedrático de la Universidad de Alcalá de Henares, ha dicho en el CDAN de Huesca, en un Curso sobre Paisaje y Territorio, que no existe debate sobre la Ordenación del Territorio en Madrid desde la década de 1990 y que la disciplina urbanística ha sufrido una gran degradación en los últimos años. Javier Maderuelo, catedrático también y director del curso, ha añadido que existe una vulgarización o banalización del territorio. El tema está a nivel general mucho peor de lo que yo pensaba.

Dani -

Excepcional artículo, sí señor.

Lamentablemente, yo tampoco veo solución o corrección a corto plazo de este asunto. Y menos con la amenaza del "proyecto más importante desde los reyes católicos", el sumun del "hecha la trampa, hecha la ley" (del juego).

Sara -

Muy interesante el artículo.
Pero tal como van las cosas. estoy sumida en la mas absoluta de las decepciones respecto a una posible enmienda de este estado de cosas. Por la prensa leo que la DGA sigue erre que erre con su proyecto "más importante desde Fernando el Católico" (Gran Estafa), y tan panchos,y luego leo a miembros del gobierno de la nación anunciar una "persecución implacable" y un "castigo sin paliativos" a los responsables de la corrupción urbanística,
y leo también que "Los consistorios españoles no aplican todavía la Ley de Suelo vigente desde mayo de 2007 que les obliga a hacer públicas las declaraciones de bienes de sus alcaldes y concejales", ¡Coño! Pues yo tengo todos años que hacer la declaración de la renta.
También he leido otro artículo de Almudena Grandes, en EL PAIS de 23 de junio de 2008, titulado ASCO (es lo que me da este estado de cosas y lo poco que hace el gobierno para arreglarlo).
En este artículo dice esto, que suscribo totalmente:
"Hace algún tiempo, dije aquí que mi voto era útil. Ahora, después de asistir a la penosa, sonrojante actuación de los socialistas españoles en esta vergüenza, estoy más segura que nunca. Zapatero ha logrado meternos por fin en Europa. No en la de las naciones, ni en la de la primera velocidad, sino en la Europa que da asco. Enhorabuena, repito. Y ahora, si me perdonan, voy a retirarme para vomitar."