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APUDEPA

Carta de los Reyes Magos a Apudepa: Sobre la intervención restauradora en la colegiata de Calatayud

Carta de los Reyes Magos a Apudepa: Sobre la intervención restauradora en la colegiata  de Calatayud

Torre mudéjar de Santa María la Mayor de Calatayud

 

España anda con el corazón helado con tantas reformas y  recortes, así que olvidándose de este depauperado país,  Apudepa se hace eco con enorme interés del regalo remitido a la asociación  por los Reyes Magos de Oriente  a su paso por la ciudad de Calatayud, una carta-comentario relacionada con la intervención restauradora en la colegiata de Santa María de Calatayud, ahora en complejo proceso de restauración en su interior por un fallo estructural en  dos  de los pilares que soportan la cúpula.  

No dejen de leer la misiva por su interés y novedad de los datos que aportan sus Majestades, un buen regalo informativo del máximo interés.  

 

LA COLEGIATA DE SANTA MARÍA LA MAYOR DE CALATAYUD: INTERVENCION RESTAURADORA

 La Colegiata de Santa María la Mayor, una de las joyas del patrimonio monumental  de Calatayud, es un edificio protobarroco de principios del siglo XVII que aparte de su interés desde el punto de vista artístico es también un referente cultural, religioso y sentimental de primer orden para los bilbilitanos que durante generaciones se han visto protegidos por la silueta de su torre, la más alta de toda la ciudad; pero quizá la gran importancia de este edificio no ha corrido pareja a las inversiones públicas que en materia de restauración han sido bastante escasas.

Si bien se ha cuidado sobremanera el acondicionamiento, limpieza y restauración de la portada plateresca (de singular y desconocida belleza), de su torre mudéjar o el acondicionamiento de su claustro para adecuarlo como museo de la Colegiata (obra largos años abandonada y actualmente a pesar de la inversión cerrado por falta de personal); el edificio siempre ha mostrado un aspecto lánguido y oscuro que a pesar de todo lo dotaba de un cierto aire romántico y original y salvo actuaciones de carácter puntual como pudieron ser el cambio de cubiertas en los años ochenta el caso es que sus robustos muros bastante han sobrevivido a tanta desidia y abandono acogiendo a una cada vez más anciana y escasa feligresía y a un par de actos oficiales de muchas luces y poca duración.

Cuando los organismos oficiales se quisieron hacer cargo del arreglo del altar mayor, el templo empezó a mostrar sus señales de cansancio con  el empeoramiento de unas grietas en uno de los arcos de la capilla mayor, haciendo presagiar una complicada situación estructural. Dicha situación al final se vio confirmada por los expertos que comprobaron que el movimiento de uno de los pilares que sujetan la cúpula hacía que peligrara la estructura de todo el edificio; unos antiestéticos tensores colocados en los años cuarenta funcionaron de manera excepcional anunciando lo que ya se temía.

A día de hoy los temores y el peligro continúan pero parece que la administración por ahora va cumpliendo con su compromiso y va inyectando dinero poco a poco. El problema parece radicar (y digo parece porque no se sabe a ciencia cierta) en que el pilar de marras no tenía una base sólida en la que apoyarse, ya que al excavar para hallar el defecto se han descubierto una especie de lugares de enterramiento (extrañamente vacíos de restos humanos) que hacían que todo el pavimento se encontrara prácticamente hueco. Estos nichos debían llevar tiempo sin utilizarse al encontrarse sellados con materiales antiguos (mortero etc.) presentando restos de escaleras, todo en muy buen estado.

Las actuaciones por ahora se centran en dotar de una estructura de apoyo que rodee dos de los pilares que ofrecen más problemas,  ver si responde y si se consigue atajar esta grave situación con urgencia. Aunque el subsuelo de Calatayud, formado por calizas, siempre ha sido un quebradero de cabeza para las cimentaciones de la ciudad,  y tras comprobarse que uno de los pilares tenía una inclinación de más de veinte centímetros desde su base hasta el capitel , parece ser que a día de hoy ésta no es la causa de dicha inestabilidad.

A modo de conclusión un deseo: el que la Colegiata de Santa María la Mayor siga centrando el interés tanto de los organismos como de los ciudadanos y que todos los aragoneses podamos disfrutar pronto de este magnífico y desconocido edificio, dejando quizá para tiempos mejores una necesaria y cuidada restauración a todos los niveles de esta joya escondida de nuestro patrimonio y quizá no lo suficientemente valorada por todos.

 

                                Los Reyes Magos de Oriente desde  Calatayud

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