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El "fantasma" del palacio de los Argillo de Saviñán, por Francisco Tobajas Gallego

El "fantasma" del palacio de los Argillo de Saviñán, por Francisco Tobajas Gallego

Las cubiertas del palacio en enero del 2011, tomadas desde el Ayuntamiento. Foto Apudepa

EL «FANTASMA» DEL PALACIO DE ARGILLO DE SAVIÑÁN

por FRANCISCO TOBAJAS GALLEGO. CRONISTA OFICIAL DE SAVIÑÁN

Este artículo ha sido publicado en  la Comarca de Calatayud. Véase el enlace en Calatayud org

 

Desde hace ya algún tiempo que el Ayuntamiento de Saviñán estaba negociando la cesión del palacio renacentista de los condes de Argillo con sus dueños, a cambio de unos terrenos anexos, que pasarían a ser parcelas urbanizables. Incluso, en la inauguración de las obras de restauración de la ermita de San Blas, el pasado 16 de septiembre, la diputada de Cooperación de la Diputación Provincial de Zaragoza adelantó que se habían concedido cien mil euros a Saviñán, destinados a consolidar el palacio de los condes de Argillo, que iba a pasar a titularidad municipal. Pero a última hora un problema de testamentaría ha impedido al Ayuntamiento de Saviñán hacerse con todos los derechos de los herederos.

El palacio de los condes de Argillo de Saviñán era propiedad de los hermanos José Ignacio, Juan Antonio y Carmen Olazábal Bordiu. Tras el fallecimiento en 1993 de Carmen Olazábal, sus hermanos habían muerto antes, el palacio pasó a manos de sus descendientes, once primos hermanos: los herederos de José Ignacio Olazábal y Bordiu, marqués del Valle de Santiago, los hermanos Olazábal y Castro: Pedro, María Rosa, Carlos y Luis. Los herederos de Juan Antonio Olazábal y Bordiu, los hermanos Olazábal y Churruca: Isabel, Juan José y Casilda. Y los herederos de Carmen Olazábal y Bordiu, por matrimonio marquesa de Torres de Mendoza, María del Rosario, Jaime y María de los Ángeles.

En los años 90 falleció Pedro Olazábal, pero su única hija no quiso hacerse cargo de su herencia, debido a las numerosas deudas, que pasó a sus cuatro hijos. Dos de estos hijos, nietos de Pedro, son en la actualidad menores de edad y por tanto hasta su mayoría de edad no pueden aceptar o rechazar la herencia de su abuelo. El fiscal de Sevilla, que protege a los dos nietos de Pedro Olazábal hasta su mayoría de edad, no quiere comprometer el futuro de estos menores porque, aunque conociera el valor patrimonial de le herencia, dice no conocer el valor de las deudas. Por tanto el Ayuntamiento de Saviñán, con la cesión de diez de los once propietarios, tendría alrededor de un noventa por ciento de la propiedad del palacio, pero tiene miedo a llevar a cabo unas importantes obras en una propiedad que no es totalmente suya, pues en un futuro estos dos menores podrían exigir la parte que les correspondiera de la propiedad del palacio.

La planta del palacio de los condes de Argillo de Saviñán ocupa unos mil doscientos metros cuadrados, de los siete mil metros en total que posee la familia Olazábal, incluido el palacio, en el centro del pueblo. El Ayuntamiento de Saviñán, como no dispone de dinero para comprar el palacio, quería hacerse con la propiedad del inmueble a través de la cesión de unos tres mil metros cuadrados a los propietarios del palacio, cuyas parcelas pasarían a ser urbanizables. A ambos lados del palacio de abrirían dos calles que comunicarían la plaza Muñoza con la parte baja y más moderna de la población.

APUDEPA rechaza cualquier operación que contemple tráfico de suelo y propone como alternativa lo que ya prevé la propia legislación urbanística. El Ayuntamiento debería ordenar la ejecución de las obras a la familia propietaria y si esta orden no tuviera efecto, se procedería a la ejecución subsidiaria de los trabajos a cargo de la propiedad. APUDEPA piensa que el dinero asignado por la Diputación de Zaragoza podría dedicarse a esta ejecución subsidiaria, ya que se dedicaría a un trabajo municipal y no a una propiedad privada. Por eso defiende que la subvención de los 100.000 euros se destinen a las cubiertas del palacio que se encuentran en un lamentable estado.

Por su parte, el Ayuntamiento propone posponer el acuerdo de cesión para cuando tenga aprobado el Plan Urbanístico, cosa que ocurrirá de aquí a un año y medio. Entonces habrá que buscar de nuevo el consenso de todos los propietarios. El arquitecto José María Valero ha indicado que el palacio se encuentra actualmente en una situación muy comprometida.

 Vencidos ya los plazos y dados los inconvenientes insalvables antes expresados, el Ayuntamiento ha pedido y conseguido que la subvención destinada en un primer momento al palacio de los condes de Argillo, vaya destinada a la iglesia de San Miguel de la Señoría.

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