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APUDEPA

A la espera de la protección definitiva de Averly

A la espera de la protección definitiva de Averly

 

Apudepa confía que la Dirección General de Patrimonio cultural haga lo que se espera de su departamento: declarar la antigua factoría de Averly como Conjunto Histórico del patrimonio aragonés. Apudepa  lo ha solicitado desde comienzos de abril de este año y también lo ha hecho el TICCIH. Todos estamos a la espera y expectantes. Este miércoles día 26 de junio hay convocada UNA mesa redonda en el Colegio de  Arquitectos para hablar del tema, a las 20 horas. Allí estará el Gerente de Urbanismo del Ayuntamiento de Zaragoza, Carmelo Bosque Palacín,  ocasión apropiada para preguntarle muchas dudas. Necesario  es adelantar que la Gerencia de Urbanismo no se ha caracterizado hasta ahora por la protección del patrimonio histórico, ni mucho menos. Todo lo contrario. A resultas de ello tenemos ahora el problema que dilucidamos. Desde aquí nos preguntamos: ¿Por qué gerencia de urbanismo, o el departamento que corresponda, cambió la clasificación del suelo de la factoría de Averly de industrial a urbano en 1968? (PGOU de Larrodera)  Si se catalogó de forma ominosa esta apreciada arqueología industrial ¿por qué no se ha cambiado la clasificación del suelo de acuerdo a  criterios más actuales, debidos a la protección del patrimonio histórico e industrial a tenor de la legislación  y de los planes de protección vigentes? ¿Por qué se recalifican los terrenos sin justificción alguna? ¿Por qué la factoría cuenta en el 2013 tan solo con una singular ficha de catalogación del Ayuntamiento de Zaragoza que protege de forma parcial y ridícula  unos pocos elementos, es decir, la casa del propietario-director y la verja de entrada, lo que permite desproteger todo lo demás? Quede bien claro que de todo el conjunto lo que se protege solo es el jardín y la vivienda del director, como de Interés Arquitectónico B, lo que quiere decir en castellano que solo se conservarán de esa mínima parte del conjunto  “las fachadas, los cerramientos (¿?), la caja de escalera y la verja” (sic). Lo demás no le importa nada al ayuntamiento (enlace a la ficha ). ¡Santo cielo qué despropósito! La cosa es tan ridícula, tan de chusma cuartelaria,  que incluso en el proyecto actual hasta la casa del director se vacía  para hacer apartamentos y tener enfrente una torre de 16 alturas. Un horror imperdonable que permite al actual planeamiento urbanístico “el todo vale”,  su ausencia de sentido ético a favor del interés general.

Añadamos ahora que no es en cualquier caso muy tranquilizador el artículo publicado por  Heraldo de Aragón este domingo, día 23 de junio,  “El Plan de Averly sigue a la espera de que patrimonio decida si protege la factoría”. No contiene su texto  la reflexión debida  a la arqueología industrial, o  cultura del industrialismo, término apropiado para la antigua factoría de Averly y a otros muchos bienes aragoneses, sino que el artículo se vuelca en el actual Plan Especial, desarrollo urbanístico de viejo cuño franquista, en contar cuántos pisos se hacen o se dejan de hacer, incluidos cierto errores cuando se  afirma: ”los promotores no tocan el edificio catalogado del paseo María Agustín, que con 660 m² repartidos en 3 plantas tendría capacidad para unas seis viviendas tras la correspondiente rehabilitación”. Que el periodista no se ha enterado bien es un hecho porque el edificio del director se vacía y lo que eran dos viviendas se transforman en  6 apartamentos, tan ricamente. ¿Acaso cuando se vacía un edificio se puede decir que no se toca? ¿Qué idea es esa de la rehabilitación del patrimonio cuando sirve más para destruirlo que otra cosa? ¿Hasta cuándo vamos a seguir con este estado de cosas e información?

Todo huele a especulación y dinero, pisos, y más pisos, tal y como denunciara hace 35 años el profesor, académico y restaurador Fernando Chueca Goitia, autor del libro “La destrucción del patrimonio urbanístico español” (1977). Chueca al hablar de Zaragoza no se anda en chiquitas y la  cataloga como una ciudad escasamente escrupulosa con la conservación de su patrimonio arquitectónico, situándola con un grado de deterioro urbanístico MUY GRAVE (véase texto más abajo). Seguimos igual o peor.

En fin, que no nos conformamos que se construyan pisos y más pisos superpuestos a la historia de esta factoría, puntera y pionera en el tema que nos ocupa. Averly no es un palimpsesto. Y la ciudad y nuestra memoria no lo soporta.  El valor de Averly es determinante en el panorama de la arqueología industrial española y como tal lo ha reconocido el Instituto del Patrimonio Cultural de España en la segunda fase del  Plan Nacional de Patrimonio Industrial del 2011 (enlace) donde aparece catalogado Averly como uno de los 100 ejemplares más relevantes del panorama español y que como tal debería gozar de la protección de Bien de Interés Cultural. Al respecto de este plan en su primera fase del 2002, escribía Miguel Ángel Álvarez Areces, presidente del TICCIH de España, en su ponencia sobre el Patrimonio Industrial en España  realizada para unas Jornadas del 2007 sobre Patrimonio Industrial y la Obra Pública en el Centro de Historias de Zaragoza: “no se tuvieron en cuenta asuntos claves, como era el caso de la propiedad y dominio de esos bienes, o bien su catalogación en los Ayuntamientos o Comunidades, teniendo que insistirse posteriormente en la necesidad de que administrativamente se incluyesen en Inventarios, se declarasen Bienes de Interés Cultural (BIC), o en todo caso figurasen en los catálogos urbanísticos de los municipios, que ya por lo menos garantizaban un discreto margen de salvaguarda. La financiación de los proyectos de rehabilitación del patrimonio industrial exige que la aplicación del llamado “uno por ciento cultural” (recursos que el Estado destina de cada obra de infraestructura y carreteras a los usos culturales) soporte los proyectos presentados para intervenciones eficaces y urgente” (enlace). Leído esto echen Vds. cuentas qué han hecho en estos seis años tanto el Excmo. Ayuntamiento de Zaragoza como  el Gobierno de Aragón  a favor de la fábrica de Averly. De momento nada de nada. Hasta ahora han dejado  pasar el tiempo para que “todo suceda como siempre”, es decir, acaben los edificios derribados y los tesoros de los bienes muebles, piezas, materiales y archivos trasladados desubicándolos definitivamente. La empresa Brial -Briceño está cumpliendo este papel en el caso que nos ocupa. Y todo esto a pesar de que contamos  en Aragón con estupendos especialistas en la materia, así que todos andamos advertidos  a través de los enjundiosos estudios  de Javier Jiménez Zorzo, Agustín Sancho y Pilar Biel Ibañez, que para eso realizaron tesis doctorales, tesis de licenciatura y sesudas  investigaciones relacionadas directamente con el tema que nos ocupa  y con el patrimonio industrial aragonés. 

Los tres investigadores  han redactado desinteresadamente para Apudepa sus preceptivos informes  a favor de la conservación integral de Averly y su declaración de Bien de Interés Cultural. Los informes han sido elevados a la Dirección General de Patrimonio Cultural presidida por Javier Callizo, acompañando a la solicitud de BIC presentada por Apudepa a principios del mes de abril, en la categoría de Conjunto Histórico, para la antigua vivienda-factoría de Averly. Esperamos que ahora la Consejería de Cultura haga cambiar el rumbo.

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Texto de Chueca Goitia sobe Zaragoza

 

III 

Diagnóstico breve de las Destrucción de nuestras capitales 

ZARAGOZA 

"Capital del Reino de Aragón. Pudo haber llegado hasta nosotros como una ciudad excepcional y hoy es un ingrato y desarticulado organismo, bronco y desabrido.

La guerra de la Independencia fue la gran causante de la destrucción de Zaragoza, luego poco a poco la falta de luces y el exceso de egoísmo de los que la han regido.

El siglo XIX siempre discreto y respetuoso en el arte de diseñar ciudades planeó un paseo de la Independencia que todavía en fotografías antiguas tiene una gran prestancia y una ordenanza del mejor etilo. Todo lo ha destruido la codicia en pocos años. Todavía queda del siglo XIX la elegante calle Alfonso y poco más.

Zaragoza, ciudad de llanura y de huerta, tenía una bellísima silueta gracias a las agiles y numerosas torres mudéjares y barroca que sobresalía del caserío. Hoy los grandes bloques de altura lo han mancillado todo. ¡Hubiera sido tan fácil dejar la ciudad vieja rodeada por los Cosos en su atmósfera y ordenar unos ensanches desahogados y bien planificados!

Todo lo ha echado al traste la implacable especulación y el gusto vulgarísimo de las autoridades, los promotores y el coro de papanatas".

Grado de deterioro urbanístico: Muy grave

Índice: 7 (sobre 10)

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