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¿Y por qué no la República… de Averly? Mañana día 26 jueves, manifestación en el Paraninfo (Zaragoza)

¿Y por qué no la República… de Averly? Mañana día 26 jueves,  manifestación  en el Paraninfo (Zaragoza)

 

¿Y por qué no la República… de Averly?

 La abdicación del rey Juan Carlos de Borbón nos ha dado ideas. Lo más interesante de las voces que piden cambios en el modelo de estado es, a nuestro juicio, el ansia de intensificación democrática, la creciente voluntad popular de llevar la democracia a todos los rincones de la organización política, económica y social. 

La democracia no existe hoy en la construcción de nuestras ciudades. A quienes lo duden, a quienes lo consideren exagerado, les recomendamos que intenten algo tan sencillo como intentar que se cumpla la ley de patrimonio, una norma aprobada por las Cortes en desarrollo de la protección constitucional del tesoro cultural. Nosotras llevamos ya más de un año siguiendo escrupulosamente los cauces legales a nuestra disposición para que, en cumplimiento de la ley, el bien industrial más relevante de Aragón sea íntegramente protegido. Pedimos algo tan elemental como que las administraciones cumplan el Plan Nacional de Patrimonio Industrial aprobado por ellas mismas en 2011 y que contemplaba la protección de la factoría Averly. El Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, la Real Academia de Ingeniería, la Federación de Asociaciones de Ingenieros Industriales de España y numerosos colectivos sociales y culturales han ratificado la necesidad de catalogación. Los 12 expertos más relevantes en materia de patrimonio industrial han informado nuestra propuesta apoyándola unánimemente, y también se han adherido con su firma más de 60 catedráticos y 150 doctores de todas las universidades españolas. Ha habido, además, diversas concentraciones,  manifestaciones populares y recogidas de firmas pero, pese a los intereses comunes que residen en el mandato legal de conservación patrimonial, el interés particular de una empresa promotora se ha impuesto hasta ahora en todo momento. A la ciencia y a la ciudadanía, unidasen torno del valor de Averly, se anteponenlos intereses inmobiliarios, los mismos que han devorado el país y han arruinado a la mayoría de sus gentes con una burbuja que nos ha condenado al paro, a la deuda, a los recortes y a las hipotecas.  


HEMOS AGOTADO TODAS LAS VÍAS PARA QUE EL ESTADO RESPETE SU PROPIA LEY

Hasta ahora hemos utilizado todas las herramientas que el sistema nos ofrece. No nos hemos salido ni un ápice de las sendas marcadas por la ley, pero todas y cada una de ellas han resultado viciadas, falsas o incapaces. Este “estado de derecho” que no nos permite hacer cumplir sus propias normas en beneficio del interés comúnnos parece ahora, lamentablemente, poco más que una trampa, un hiriente trampantojo. Porque lo cierto es que lo hemos intentado todo:

- En 1999 solicitamos la catalogación total de Averly al Ayuntamiento de Zaragoza. Desde entonces se ha denegado, pero no por la falta de valor cultural, como los técnicos pueden corroborar, sino por los deseos de la familia propietaria de no tener trabas en su negocio.

- En 2013, tras cesar la actividad industrial, solicitamos la catalogación total al Gobierno de Aragón, y lo hicimos con el aval de los especialistas más prestigiosos. Pese a ello, la petición naufragó por el informe solicitado por el Director General a una persona de él dependiente. La misma persona que en 2011 había solicitado una protección integral para Averly aprobaba ahora el arrasamiento de dos tercios del conjunto en su informe a petición del Director General.

- Seguidamente recurrimos ante los tribunales la negativa a declarar Bien de Interés Cultural un bien ya recogido en el Plan Nacional de Patrimonio Industrial de España. Pero para evitar que cuando haya sentencia Averly no esté ya destruido, para acceder a la posibilidad de que se haga sentencia, el Tribunal nos exigió un millón de euros.

- En 2013 también solicitamos la catalogación de Averly al Ayuntamiento de Zaragoza. Pero también esta solicitud, avalada por los propios técnicos del ayuntamiento, ha naufragado antes los intereses inmobiliarios. El gerente, más preocupado por la aprobación de un suculento plan urbanístico que por la protección de la cultura zaragozana, ha dado un carpetazo ilegal, que hemos recurrido, a un expediente que tenía que pasar por la Comisión Municipal de Patrimonio y que sin embargo ha sido interceptado. Nuestro recurso no ha obtenido respuesta

- Nuestras alegaciones a la concesión de licencia de obras de edificación en un suelo urbano no consolidado no han obtenido respuesta por el Ayuntamiento, que se aprestaba a conceder la licencia pese a la manifiesta ilegalidad que supone realizar obras de edificación, no menores, en unos suelos no consolidados. Nos abocaban a un recurso que tampoco se iba a resolver antes del derribo.

- Nuestras alegaciones a un proyecto de Plan Especial que, entre otras irregularidades manifiestas, propone 18 alturas donde el Plan General solo permite 8, tampoco han sido contestadas. Antes prevén ejecutar el derribo.

-Ni el alcalde de Zaragoza ni la presidenta de la Diputación General de Aragón nos han recibido.

LA ÚNICA SOLUCIÓN A LA TIRANÍA DE LOS INTERESES INMOBILIARIOS ES LA DEMOCRACIA REAL 

Hemos podido comprobar, con Averly más que nunca, que en este estado la ley está escrita pero no rige. La protección del patrimonio cultural, la defensa del interés general, el sometimiento de la riqueza de la nación al interés general, el derecho de participación en las cuestiones públicas son papel mojado ante la toma de las instituciones por los intereses de los poderosos. Los intereses privados controlan los aparatos técnicos, las tripas de la administración. Los numerosos casos de corrupción hasta ahora detectados lo muestran con meridiana claridad. Ya no nos creemos sus instituciones porque son corruptas, ya no nos creemos su sistema, andados los caminos ofrecidos ya nos hemos dado cuenta de la trampa. 

La democracia es el gobierno del pueblo y ahora, más que exigirla, queremos hacerla. El espacio del sistema es un espacio radicalmente antidemocrático, un espacio construido a espaldas de la voluntad de la gente y dominado por los intereses particulares que imponen la especulación a golpe de dinero y corrupción. En este espacio nosotros no podemos vivir. Nos ahogamos.

Es por todo ello por lo que, enarbolando pacíficamente la bandera de la razón y de la cultura,proponemos ganar para la democracia un espacio actualmente secuestrado por el poder, un patrimonio condenado por los intereses inmobiliarios que rigen el país como sus verdaderos amos. En estos momentos en los que se debate sobre la forma del modelo de estado nosotros proponemos una república, la de Averly.Proponemos la sustracción del espacio de Averly del espacio general mientras este esté tomado por los intereses inmobliarios y sus normas secuestradas por los mecanismos mediante los que somete el dinero a la ley. Se trata de construir un lugar para la democracia, un espacio para el pueblo. Todos los demás intentos han fracasado. Una República Común es ya el último cobijo de la memoria colectiva, de la belleza del patrimonio de todos. 

Los acuerdos adoptados por las administraciones en relación con Averly son, en nuestra opinión, radicalmente fraudulentos. Así han sido denunciados y así esperamos que sean declarados. Pero la Justicia únicamente podrá pronunciarse imparcialmente si Averly sigue existiendo en el momento de dictar sentencia. Es por todo ello por lo que anunciamos que, si a la mayor brevedad posible no se alcanza un pacto político para permitir que la Justicia haga su trabajo y examine la legalidad de los acuerdos, propondremos a la ciudadanía la proclamación inmediata de la República de Averly, un espacio libre, justo y culto, un estado verdaderamente soberano únicamente sometido a la voluntad del pueblo.  

¡Qué viva la República de Averly!

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