Un brindis al Sol, por Luis Miguel Ortego
En estos días, no hago más que preguntarme si no estoy equivocado en todo, particularmente en lo que afecta al mundo en el que quiero vivir y que quiero tratar de ayudar a construir. Zaragoza, un poco como símbolo de toda España, y de alguna manera del mundo occidental, se encuentra en un gran proceso de transformación. Ilusionante para mucha gente. La mayoría, diría yo. La Expo, nuevos barrios donde no había nada, más pisos, más centros comerciales, el auge del esquí y la urbanización del Pirineo, el gran parque temático de los monegros...
Realmente sé que el mundo funciona básicamente de esta manera, que es el abc del capitalismo en el que vivimos hace ya muchas décadas. Los gobiernos incentivan el gasto mediante el comercio y el ocio, y las industrias, que se benefician de ese gasto, se apuntan a la escalada de los beneficios. Que haya dinero en circulación, da igual de qué manera. No hay más. Los gobiernos son simplemente aquellos gestores que favorecen más a los intereses económicos particulares, y todo lo demás queda en segundo plano.
Creo que por quinto o sexto día consecutivo el Heraldo trae en la portada Spyland o Gran Scala, el parque temático (o lo que sea), que quieren poner en los monegros. Desde mi abuela a cualquiera que me cruce por la calle, todo el mundo está ilusionado con un proyecto así, sin más valoraciones que los veinte o treinta millones de visitantes y los puestos de trabajo a crear (que cambian de cifra cada día). Supongo que yo también debería estar contento. O al menos eso creo, cuando parece que alzar alguna crítica contra este gran proceso parece más un acto de deslealtad patriótica contra Aragón que de realismo y sentido común.
Pero incluso así, concedo que ese es el modelo que el gobierno de Aragón, los empresarios, y toda la ciudadanía por aclamación, han consagrado para nuestra región, que sería prácticamente igual si hablásemos de Murcia o de Baleares (que tanto criticamos en el pasado).
Sin embargo, me invade una melancolía que huele a derrota de proporciones bíblicas. Porque hemos aprendido, a base de la saturación, a llamar desarrollo al crecimiento de los intereses particulares, y a conformarnos con las sobras que nos sirven en el plato del perro. Nuestro desarrollo, al parecer, solo admite palabras como "Complejo de Ocio", "Urbanización de lujo", "Campo de golf", "Balneario de superlujo", "Centro comercial", o "Centro de negocios". Yo, que soy un poco tonto e idealista, y así me va, simplemente querría otras portadas en el Heraldo. Y no digo la paz mundial. Pero nunca hay una portada diciendo que se construirán 20 hospitales más en Aragón. Que cada comarca tendrá uno, con sus UVI móvil. Nunca abre el Heraldo con la noticia de que Educación construirá tantos nuevos colegios como hagan falta para que no haya más de 20 niños por clase, que los alumnos puedan ir al colegio en su barrio si cruzarse la ciudad o que los inmigrantes, discapacitados, o cualquiera que lo necesite, puedan tener profesores de apoyo cuando sea preciso. Que los transportes escolares en las zonas rurales no sean una caravana de la muerte y que sean totalmente gratuitos. Que las carreteras de muchas comarcas de Aragón no sean una trampa mortal, y que uno pueda ir al pueblo de al lado con tanta facilidad como a Zaragoza. Querría un día abrir el Heraldo, o cualquier periódico de la región, y ver la noticia de que se ha firmado un convenio para la rehabilitación y exhibición de todos los Bienes de Interés Cultural de Aragón. Que el Museo de Arte contemporáneo va viento en popa, y que las colecciones donadas a cambio de suculentas pensiones vitalicias serán al menos expuestas al público. Que la universidad triplicará su presupuesto para que ningún estudiante brillante se quede sin becas, y que estas no se repartan según las filias y fobias. Que el patrimonio natural e histórico, como en muchas regiones de Europa, será el principal motor económico de las comarcas. Que se facilitará con infraestructuras y con estructuras sociales la vida en el medio rural (y no echando dineros a un pozo en forma de subvenciones personales), y que si alguien decide quedarse a vivir en su pueblo de las Cinco Villas o del Maestrazgo tendrá algo tan simple como un ADSL de alta velocidad.
Simplemente me gustaría que en el desarrollo del que nos hablan a diario cupiesen grandes y prioritarios temas de interés colectivo, de los de verdad. Que, de vez en cuando, se notase que Aragón no es solo un paraíso para los inversores, sino que ese dinero que se gana con nuestro trabajo y el sacrificio de nuestros rescursos, tuviese alguna repercusión en nuestra calidad de vida. Porque a veces esto es cuestion de muy poco dinero. ¿Es que los hospitales, colegios, centros asistenciales o museos no generan empleo y negocio también? Se acuerda con una empresa privada cualquier convenio de inversión, inmobiliario o de negocios y en un mes está funcionando. ¿No podría alguno de esos convenios además afectar a la sanidad, la enseñanza, los transportes públicos, las carreteras, el patrimonio histórico, los espacios naturales, de forma que, como en otros lugares del mundo, el interés particular sea compatible con el beneficio colectivo? Si, ya sé que much@s estaréis pensando que vivo en los mundos de Yupi. Pero volver a leer lo que he escrito ¿No es todo muy pequeño y sencillo? ¿No está todo entre las estructuras básicas de la sociedad moderna que nos enseñaban en la escuela?
Simplemente quería compartir con vosotros esta pequeña (y alguien pensará que absurda) reflexión.
En estos días me siento frente a este tipo de desarrollo tan desvalido como un anciano que quiere ir a la calle de al lado a comprar el pan, el día de la Maratón de Nueva York. Está claro que soy yo el que se equivoca.
Luis Miguel Ortego Capapé es historiador del arte y miembro de APUDEPA.
34 comentarios
luis miguel -
madabarista
Aspirante a superar a Planck -
Psicólogo de verdad -
Desde el Blog de APUDEPA -
Manuel Kant -
Sr. Ortego, está Vd. perdiendo los papeles de una forma ridícula al intentar desacreditar a tan ilustres personajes con esos "contrastados" argumentos, sacando al fundamentalista "de poco pelo" que lleva dentro (no hace falta ser psicoanalista para percibirlo).
Mis colegas, ni le han insultado, ni le han llamado lo que Vd. dice, simplemente han diagnosticado unos síntomas psicológicos, en su argot profesional, con términos técnicos que, en sí mismos no son descalificativos, sino descriptivos, aunque Vd. no quiera reconocerlo (lo cual también es un síntoma inherente a su patología, y si no me cree, acuda a un psicólogo que se lo ratificará).
Es intolerable que "hombrecillos deprimidos en la soledad de su habitación y su ordenador que acumulan el valor suficiente para asomarse a un foro de internet, la luz que les da la vida, (aquí se define Vd. perfectamente, Sr. Ortego) se den notoriedad con sandeces como que GM es un ejemplo CLARAMENTE ANALOGO al de Gran Scala. Querrá decir ANTAGONICO, pues GM es el típico ejemplo de industria manufacturera DESLOCALIZABLE, en la que los inversores que arriesgan su dinero, en cualquier momento pueden levantar la planta e instalarla en otro punto, con mano de obra más barata que los haga más competitivos. Mientras que Gran Scala, es el típico ejemplo de todo LO CONTRARIO, una actividad no susceptible de deslocalización porque la base de su negocio y su razón de ser es su propia identidad física y su ubicación geográfica, por lo que la gran cantidad de infraestructuras requeridas para su funcionamiento quedarán para siempre en el territorio, y las sinergias generadas por su gestión serán rentabilizadas indefinidamente por todos los sectores económicos de la región.
¿Qué pretende con esta malintencionada IGNORANCIA, Sr. Ortego? ¿En qué tratado de economía se basa Vd. para afirmar esta solemne GILIPOLLEZ? ¿Cree que sólo le están leyendo analfabetos funcionales?
En cuanto a afirmaciones como que "Esta claro que si el proyecto va bien, no nos van a tratar más de locos que ahora, que sólo expresamos nuestra opinión, y si el proyecto causa más problemas que resuelve, ninguno de vds. tendrá jamás la honradez ni la altura moral de salir a pedir perdón, así que quedaremos igual." ó "Tengo claro que se va a hacer. Ahora, el tiempo pondrá a cada uno en su sitio. Usted ya me ha llamado loco, maniaco-depresivo, amargado y no se cuantas cosas mas, asi que si tiene vd razón no tengo nada que perder.", definen y justifican muy bien su ambigua actitud, a sabiendas de que su presunta irresponsabilidad quedará impune, mientras que a los demás les exige "HONRADEZ Y ALTURA MORAL DE SALIR A PEDIR PERDON". Se "autoconvence" de que, vaya bien ó vaya mal el proyecto, Vd. siempre gana ( no tengo nada que perder ó así que quedaremos igual ), obteniendo así una paranóica satisfacción infantil . Haciendo un juego de palabras similar al de Cela, a Vd. le da igual estar jodido que estar jodiendo, el caso es joder. También es para que se lo mire su psicólogo de cabecera.
Respecto a que el Dr. Lacasa es un cobarde y que no tiene el valor de identificarse, ¿qué quiere decir? ¿es un reto, una sutil amenaza? Dado cómo se las gastan últimamente los fundamentalistas de todo tipo, me parece una postura muy inteligente no dar la identidad en público. Y no es por falta de ganas, se lo puedo asegurar, pues le conozco bastante bien.
Salud, Sres. (física y...mental)
Marianín -
¡Viva la valentía de Luis Miguel!
Desde el Blog de APUDEPA -
Luis Miguel -
Por lo demás, acerca de las infraestructuras que se haran con los ingresos de esa futura ciudad del ocio, estaría bien que, si su condición de médico psiquiatra no se lo permite, consultase a un economista que cuantificase en lugar de afirmar a vuelapluma. COmo ejemplo práctico, cláramente análogo, salvo que su diagnóstico me diga lo contrario, espero con ansiedad el largo listado de infraestructuras construidas por la DGA con los ingresos producidos por GM que vayan más allá del pabellón, parque y parabólica comunitaria en Figueruelas. Hasta donde yo sé, Gran Scala será un complejo privado, y lo que el extraño Dr. Lacasa y Mr. Froid denomina como ingresos se suelen llamar en otro ámbito IMPUESTOS ¿O es que ILD nos va a hacer accionistas a todos los aragoneses y repartir beneficios a fin de año?
Por mi parte, y a falta de más insultos viles y cobardes por su parte, insisto en que pueden hacer Gran Scala tantas veces como quieran, y ójala lo disfruten mucho vd y las familias de los dueños de los terrenos. Tengo claro que se va a hacer. Ahora, el tiempo pondrá a cada uno en su sitio. Usted ya me ha llamado loco, maniaco-depresivo, amargado y no se cuantas cosas mas, asi que si tiene vd razón no tengo nada que perder. Usted sabrá.
Saludos
Segismundo Froid -
Aunque creo que exagera algo en su altruista (más bien desinteresado) diagnóstico, no es como para tacharlo de totalitarista, ó felicitarse porque no tenga acceso a las armas (¿piensa el ladrón que todos son de su condición...?
En cuanto a los argumentos de Luis Miguel, siento decirle que muestran todos los síntomas del Síndrome a que hace referencia el Dr. Lacasa. Se supone que esas infraestructuras que comenta deberán realizarse con los ingresos que reporte el proyecto que dará de comer, si se realiza, a miles de aragoneses, afectados ó no por el Síndrome.
Curiosa -
Carmencita Descalza -
Luis Miguel -
Por cierto, lo del perro del hortelano debe ser un caso cínico de su mente de vd, porque por mi pueden hacer siete Gran Scala en los monegros y doce encima de su casita. Esta claro que si el proyecto va bien, no nos van a tratar más de locos que ahora, que sólo expresamos nuestra opinión, y si el proyecto causa más problemas que resuelve, ninguno de vds. tendrá jamás la honradez ni la altura moral de salir a pedir perdón, así que quedaremos igual.
Un saludo
Desde el Blog de APUDEPA -
Dr. Lacasa -
Discordia -
Chusé Loís -
Sobre todo, nos tienen que explicar qué van a hacer.
Lo que sí detecto es incredulidad entre los aragoneses con respecto a las posibilidades de esta tierra. Nos sumimos en dudas por diversas razones: los americanos no son santos de nuestra devoción, el capitalismo se ve como algo negativo y, como principal problema, los aragoneses nos vemos incapaces de vislumbrar un Aragón fuerte del que la gente no se vaya por falta de trabajo (de ahí las incredulidades). Nos hemos acostumbrado a la imagen romántica del polvo, niebla, viento y sol, al victimismo que toma a los Monegros como símbolo, y con el que tan a gusto nos sentimos los aragoneses.
Todavía no he visto a nadie que diga por qué el proyecto no sería posible, aunque tampoco he visto a nadie que diga cómo sería posible, la verdad. Sólo sé que a hay gente a la que todo apabulla. Ya digo que hay que reflexionar.
También aparece de repente el rollo cultureta, planteando una oposición entre el mundo del ocio capitalista y el de la cultura de toda la vida. ¿Realmente existe esa oposición? ¿Son tontos todos los que van a un macrocentro de ocio? Creo que hay que analizar y reflexionar sobre todo eso. Los romanos eran maestros del pan y circo, pero nos han quedado sus anfiteatros y circos como patrimonio de la humanidad, qy ue ahora todos apreciamos. La cultura de Roma era mucho más que luchas de gladiadores en la arena, ¿no?
Por otro lado, basta que se intente hacer algo para que el ecologismo se posicione totalmente en contra. ¿Por qué oponerse a todo de forma sistemática?
Bueno, ahí va ese dardo con interrogantes de todo tipo, aunque confío en que los aragoneses cojan el toro por los cuernos, porque no estamos para dejar pasar oportunidades así por las buenas.
Un saludo, y ánimo con el debate.
Juan -
RUFICA DE ARAGÓN -
Marianín -
Por militancia coherente me sumo al horizonte de la utopía.
Marga -
Animo, amigos de APUDEPA, no dejéis de gritar. Somos un país de sordos.
José Amtonio -
romancero -
Charo -
Me ha dado que pensar, y me ha entristecido saber que en otras partes del mundo al honorable alcalde de Londres se le tacharia de cateto y anti-progreso.
Miguel -
Felicidades, es loable que haya gente todavia con principios.
Carmencita Descalza -
Arturo -
Salud
Cosme -
Sara -
Apuntadme a la lista, soy otra que está equivocada en esta comunidad. Ah, el artículo me ha gustado mucho. Enhorabuena Luis Miguel y Apudepa
Angel Tomas -
tausiet -
Dani -
Enhorabuena por el artículo.
Discordia -
elda -
Belén B. -