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APUDEPA

Aguafiestas, por Joan B. Culla i Clarà

Aguafiestas, por Joan B. Culla i Clarà

Artículo de Joan B. Culla y Clarà, publicado en el diario El País , en su edición de 21 de diciembre de 2007.

Por más que pueda parecernos un capítulo lejano de la historia sociopolítica catalana y española, se cerró hace menos de cuatro años, con el vuelco electoral de marzo de 2004. Me refiero a la encarnizada lucha contra el Plan Hidrológico Nacional (PHN) auspiciado desde el Gobierno por el Partido Popular. En esa lucha se distinguieron especialmente los habitantes y las autoridades de dos territorios, la comunidad autónoma de Aragón y las tierras del Ebro catalán; y se acuñaron y popularizaron conceptos como el de "una nueva cultura del agua"; y se arguyó que detraer agua del Ebro amenazaba la supervivencia del delta con su frágil ecosistema; y muchos ciudadanos, incluso habitantes de la denostada conurbación barcelonesa, estuvimos de acuerdo en que no era justificable un transvase del Ebro que tuviese como finalidad regar campos de golf en zonas áridas de Murcia o Almería y multiplicar monstruos especulativos del estilo de Terra Mítica o Marina d'Or.

Han pasado, como decía, apenas cuatro años desde que la victoria electoral de Rodríguez Zapatero canceló aquel PHN. En este lapso de tiempo, la concienciación ante la gravedad del cambio climático, ante los riesgos de seguir violentando a la naturaleza, ante el consumo descontrolado de recursos finitos, esa concienciación ha hecho progresos espectaculares y hasta ha alcanzado ribetes ridículos, como el de dictarnos a qué temperatura debemos ajustar el aire acondicionado doméstico durante el verano. Pues bien, en ese contexto en el que la sostenibilidad es el nuevo dogma de fe, va el Gobierno de Aragón y, deslumbrado por unos fabulosos inversores extranjeros, hace suyo el proyecto de levantar en los Monegros el megacomplejo de juego y ocio llamado Gran Scala. Estamos hablando, según reseñó este diario el pasado día 13, de urbanizar una superficie de más de 2.000 hectáreas que albergará 32 casinos, 70 hoteles, 232 restaurantes, 500 comercios, un campo de golf, un hipódromo, un coso taurino, diversos parques temáticos, 12 museos -a saber qué entenderán los promotores del negocio por museo- y, mucho me temo, también unos hermosos bloques de apartamentos en régimen de venta o alquiler. Vamos, que comparada con Gran Scala, la urbanización erigida por Paco el Pocero en el secarral toledano de Seseña va a parecer una comuna ecologista promovida por Greenpeace.

No es difícil imaginar la que se habría armado si el avalista político del proyecto fuese un Ejecutivo aragonés del Partido Popular. Pero es un Gobierno de izquierdas presidido por Marcelino Iglesias, el mismo que combatió con tanto ahínco contra el Plan Hidrológico Nacional de Aznar y defendió la intangibilidad del agua del Ebro como un bien casi sagrado, ese mismo Gobierno es el que defiende construir en medio del desierto una ciudad vacacional con capacidad para 100.000 personas al día, provista de extensas zonas verdes y uno de cuyos parques temáticos, para más inri, estará consagrado... al agua. ¿A qué agua, si no hay en los Monegros ni una gota sobrante? ¿La traerán del Ródano? ¿La desalarán, estando a 200 kilómetros del mar? Aunque las crónicas de la solemne presentación del otro día en Zaragoza no dan respuesta a la crucial pregunta, es evidente que se cuenta con el caudal del Ebro, el cual discurre a pocas decenas de kilómetros del futuro Las Vegas maño.

Pero no se trata sólo del agua, sino del impacto ecológico que supone levantar una ciudad artificial en medio de una comarca inhóspita y, por ello, deshabitada desde hace siglos, y dotarla de las infraestructuras y los accesos necesarios para 25 millones de turistas al año. Se trata del gasto energético exigido por un complejo que deberá estar casi enteramente climatizado, si quiere recibir visitantes durante el tórrido verano y el gélido invierno de la zona, y generosamente iluminado para funcionar las 24 horas del día. Se trata, incluso, del modelo económico-social, de si los poderes públicos deben promover un país de camareros y dependientes de comercio, con todos los respetos hacia estas dos abnegadas profesiones.

Lo más llamativo hasta la fecha, en todo caso, es el silencio casi general que ha seguido al espectacular anuncio de la semana pasada. Sólo Izquierda Unida de Aragón ha tenido la cordura y el valor de calificar el proyecto Gran Scala como lo que es: "Una barbaridad". Por lo demás, y que yo sepa, el Ministerio de Medio Ambiente, que regenta la combativa Cristina Narbona, no ha dicho esta boca es mía. Tampoco se han hecho oír las organizaciones ecologistas globales o locales, esa clase de grupos que, apenas se proyecta en Cataluña la más modesta carretera o línea eléctrica, hallan de inmediato una zona de nidificación de pájaros protegidos, o un bucólico paisaje agrario, o un frágil ecosistema, que es preciso preservar a toda costa. En particular, me ha llamado la atención no haber oído ni un comentario de alerta o preocupación procedente de la Plataforma en Defensa del Ebro, de aquel tejido asociativo que con tanto éxito se opuso al último PHN y aún se pone en pie de guerra ante cualquier hipótesis de obra hidráulica en su territorio. ¿Acaso los miles de metros cúbicos diarios que habría que sacar del Ebro para alimentar Gran Scala no afectarían al curso bajo del río ni a su delta? ¿O tal vez todo depende del color político de la Administración que quiera disponer del agua?

De cualquier modo, si el sentido común, la legislación vigente o la propia megalomanía del proyecto no sepultan ese dislate medioambiental y energético de Gran Scala, a mí que nadie vuelva a decirme cuántas veces puedo descargar la cisterna del retrete, ni a ordenarme cerrar el grifo mientras me cepillo los dientes, ni a insinuarme que el culpable del cambio climático soy yo. Quedan advertidos.

Joan B. Culla i Clarà
es historiador.

9 comentarios

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Hola, Antonio: Gracias por ese comentario, que ya hemos contestado, y por
esas palabras de reconocimiento hacia nuestra asociación. Te lo agradecemos
sinceramente pues nunca vienen mal unas palabras de aliento.

En relación con Panticosa, precisamente ahora estamos preparando una
campaña, podríamos llamarla así, con otra asociación, a fin de salvar lo que
queda y preservar el medio natural. Quizá tú nos podrías echar una mano,
colaborar en algo, no sé. Quizá tengas fotos de antes del año 2000...

Te adjunto la ficha de socio y un texto precisamente con referencia a una
campaña de captación de socios que estamos haciendo porque lo necesitamos
para hacer frente a los gastos que se van derivando de la 'acción pública'
que con cierta frecuencia ejercemos. Nosotros no hemos querido
nunca subvenciones, sólo la cuota de los socios. Por favor, en la ficha de
socio pon los 20 dígitos del banco, para evitar problemas a la tesorera.

Un cordial abrazo

Belén Boloqui


El 8 de marzo de 2011 13:16, Blogia <
apudepa.2007122101....@email.blogia.net

Antonio Ruiz Heredia -

He visto la página, leido comentarios e incluso enviado uno. Me complace enormemente vuestro trabajo y estoy interesado en hacerme socio de APUDEPA. Por favor, indicadme como.
Un saluido

Blas de Lezo -

Señor Cuyás, no le conocía ni de nombre, jamás había leido nada suyo, pero el otro día, nefasto por la derrota del Getafe, tuve la desgracia de leer sus comentarios en EL PAIS de PRISA and Co. y consideré que ya tenía bastante con su rebuzno talibán contra los "monumentos franquistas". No querré saber nada de tan eximio "historiador" hasta que me digan que ha escrito un alegato contra las abundantes y activas chekas de su Barcelona republicanoseparatistanazionalistaMientras tanto, que ,e zurzan, noi.
Blas de Lezo

Josita -

Siento decirte Juan que nosotros no volvemos a las cavernas, pero con teorías como la tuya quizá volvamos a las cavernas porque la tierra puede que no aguante tanta sobreexplotación. Nos consideramos muy modernos en la manera de observar el territorio, en sintonía con las orientaciones más avanzadas de Europa, incluida España. Lo que Gran Escala pretende es negocio para el capital y expolio de un territorio, Monegros, que todavía no ha tenido la oportunidad que necesita para darse a conocer. Poner en valor un territorio de altos valores medio ambientales y con ello tratamos el paisaje y la cultura conjuntamente. Por cierto, tu teoría sobre el patrimonio está muy desfasada. Por tanto, es natural que discrepemos.

Juan -

Me parece increíble la sarta de tonterías que estoy escuchando: ¿qué tiene que decir APUDEPA cuando en ningún momento se está hablando de intervenir en el patrimonio cultural?
y segundo punto:
la diferencia con el trasvase es que aquí el agua no cambia de cuenca.

Un saludo y lamento decepcionar a todos aquellos que quieren volver a la caverna

Socia de Aoudepa -

Llanero, tengo a Apudepa por muy honesta otra cosa es que no acierte en todo lo que hace y que haya discrepancias. Me sumo a lo que dices de Gran Escala, Gran Estafa. Feliz año, compañero.

Curiosa -

Vaya artículo acertado el del Sr. Culla. Hace un coherente análisis aunque no conozca a Apudepa que se ha manifestado desde el primer momento contra el pretendido engendro a situar en Monegros. ¡Lástima de detalle!

Llanero -

Cuando leo estos artículos, me alegran el alma, y estoy contento y orgulloso de ser socio de APUDEPA, de pertenecer a una asociación que, dentro de lo que cabe, es bastante honesta y consecuente con lo que dice y hace. No es perfecta, tiene sus pegas y uno, a veces no está de acuerdo al 100 por 100, pero en líneas generales , si, me gusta. Que se oponga a esta barbaridad que es GRAN SCALA me parece de una lógica total y lo hace con una visión general, amplia y universal, de futuro, y coherente con el modelo de sociedad que queremos para nuestros hijos.
Gracias por vuestra lucha contra esa aberración que es GRAN SCALA, a pesar de la sensación de lucha solitaria que a veces me embargaba y desanimaba, pensando en cómo es posible que parezca que hay tan poca oposición en Aragón a este proyecto, cuando no es realmente así. ¿En que nos estamos convirtiendo los aragoneses?

Marianín -

Me sumo a este aguafiestas.

¿Dónde está la Plataforma Monegros No se vende?

Cuanto "miedo" por perder las subvenciones .... y el tiempo corre en contra nuestra.