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El lado verde de la Ley. Fiscales de medio ambiente VI (y último). Álvaro García Ortiz en Galicia.

El lado verde de la Ley. Fiscales de medio ambiente VI (y último). Álvaro García Ortiz en Galicia.

Recogemos ya la última de las recensiones  que publicó en julio  El País sobre El lado verde de la ley y los  fiscales de Medio Ambiente (pinchar aquí). García Ortiz hace referencia a la utilización del fuego en Galicia como instrumento de trabajo y relación humana y a la caótica ordenación del territorio gallego. El problema es que la ordenación del territorio en este país es un caos.  Y si les interesa últimos datos de un desastre de ordenación del territorio lean  “20  años de bendiciones para un hotel ilegal” (entrar aquí). Los planos públicos fueron manipulados “de forma burda” según el juez, pero, ojo al dato,  “aunque la justicia tire el hotel, la empresa puede construir al lado”. Estamos en Almería, en el Parque Nacional de Cabo de Gata, ni más ni menos, en la obra del Algarrobico, ¿lo han adivinado? Lo cierto es que mientras la ordenación del territorio no se aplique en este país nuestro patrimonio rural y urbano, incluido el paisaje, estarán a merced del mercado.

Por cierto, valga un inocente chascarrilo ¿han observado qué estilizados  y relajados se presentan nuestros fiscales de medio ambiente?

Galicia Incendios intencionados

Para Álvaro García Ortiz, de 40 años, nacido en Lumbrales, un pe­queño pueblo de Salamanca, ser fiscal de Medio Ambiente es una vocación que en la actualidad de­sarrolla desde el Tribunal Superior de Justicia de Galicia. Lleva el caso del Prestige y es un convencido de que hacen falta instrucciones es­pecializadas. "Un juez natural del pueblo pequeño donde suceden los hechos, como fue el caso de Corcubión, no tiene por qué cono­cer la complejidad que significa un asunto de esta relevancia, la canti­dad de derivaciones internaciona­les que tiene, el mundo del tráfico de hidrocarburos, el tema de los seguros, etcétera. Esto ha podido suponer entre otras cosas que el caso esté atascado durante mu­chos años", enfatiza el fiscal. Pero el principal problema ambien­tal de Galicia, según Garcia Ortiz, es que en esta comunidad se pro­ducen la mitad de los incendios forestales de España y también los índices de intencionalidad superan con mucho a los del resto del país El fiscal de Medio Ambiente se que|a de que las sentencias sobre esfos temas fracasen por falta de pruebas y que los procedimientos nunca lleguen donde uno quiere. "En la fiscalía hemos hecho un es­tudio con datos de los últimos 10 años, y las conclusiones demues­tran que un incendio no tiene nada que ver con las tramas orga­nizadas, cuestiones madereras o especulación urbanística, sino de ordenación del territorio", asegu­ra. El perfil del incendiario es una persona mayor y asocia!. "Hay también una raíz sociológica compleja: una población rural muy en­vejecida y la utilización del fuego como instrumento de trabajo y de relación humana Esto signifi­ca que cuando alguien se enfada, aquí utiliza el fuego para la ven­ganza, mientras en otros lugares se da una patada o se tira una pie­dra. Existen muchas y muy diver­sas causas que influyen (ganado, cultivos, minas, caza), lo que unido a la caótica ordenación del territorio gallego y al abandono ru­ral hace que esto sea un polvorín cuando se dan determinadas con­diciones meteorológicas". Los casos relacionados con la des­trucción de la costa de Galicia es­tán empezando a llegar a la fis­calía pero, según García Ortiz, no son tan graves corno en Levante, Málaga, Cádiz u otros puntos de España. "Aquí existe un clientelismo exacerbado y también tene­mos alcaldes imputados por cohe­cho urbanístico, pero nada que ver con los de otros sitios" Galicia tampoco se libra de los vertidos, explica García Ortiz. Por su formación geográfica, los es­tuarios, las rías, cuentan con un abrigo natural donde se hacen más evidentes estas sustancias. "Además, la economía de nume­rosas familias depende del marisqueo, así que cualquier problema de contaminación supone parar esta actividad económica esencial, una tragedia para mucha gente. Por ello tenemos un especial con­trol, y son muchas las industrias imputadas, en su mayoría conser­veras", indica.

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