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Gravísima situación de los frescos de Claudio Coello en la Mantería de Zaragoza

Gravísima situación de los frescos de Claudio Coello en la Mantería de Zaragoza

Frescos de la Mantería de Zaragoza, de Claudio Coello. Foto Heraldo de Aragón

Por su gran interés recogemos como testimonio hoy este ‘duro’ artículo de Heraldo de Aragón.  Toca ahora a un monumento nacional que se está deteriorando. Los frescos de Claudio Coello en la conocida como iglesia de la Mantería de Zaragoza  que regentan las madres escolapias.  El deterioro es mucho más grave de lo que nos podíamos imaginar y  de lo que personalmente guardábamos en el recuerdo a través de una visita realizada  no hace muchos años, cuando estaba restaurando su cúpula el arquitecto Joaquín Soro que amablemente nos la enseñó desde los andamios. Fuimos a visitarla como práctica de la asignatura de Historia de la Restauración Arquitectónica y legislación en patrimonio. ¿Y de todo esto a quién responsabilizamos? ¿La iglesia no tiene nada que decir y hacer? Lo que es más que evidente es que  nuestros gobiernos ni han funcionado, ni funcionan,  y que además son  tan prepotentes que no quieren escuchar a nadie. Son como dinosaurios, del pasado más remoto. Ya no nos representan.

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Las deterioradas pinturas de la Mantería se quedan sin dinero para su restauración

El plan de recuperación de frescos de Claudio Coello, iniciado en 1998, se estanca por la "falta de recursos"

Por Oscar Nieto, Heraldo de Aragón, 11/11/2012

ZARAGOZA. Si no fuera porque el término es vano y nada científico, se podría decir que alguien le ha echado el mal de ojo a las pinturas de Claudio Coello en la iglesia de la Mantería de Zaragoza. Desde que en septiembre de 1998 se creara una escuela taller de restauración hasta hoy la recuperación del posiblemente mejor conjunto barroco aragonés ha sufrido todo tipo de agresiones que han ido deteriorando progresivamente su ya complicado estado de conservación. Además de las filtraciones de agua desde las cubiertas del templo, las humedades que suben por capilaridad desde la base, y el colapso en 2011 de una de las cúpulas -bajo la que en el mismo momento del derrumbe había personas trabajando-, ahora, la crisis económica ha supuesto un duro mazazo para la supervivencia de las pinturas. A pesar de que la DGA ha puesto en marcha en los últimos 20 años un plan para recuperar las pinturas murales, la actual falta de recursos amenaza su recuperación. Tras el acuerdo firmado en 2009 entre el Gobierno autónomo, Ibercaja y las Escolapias para subsanar las humedades de la iglesia, valorado en 313.500 euros, el departamento de Cultura de la DGA dice ahora que «no hay partida presupuestaria en 2013» para restaurar la obra de Coello. Desgraciadamente estos impresionantes frescos se encuentran en un estado «lamentable», afirma

María Jesús Boned, uno de los miembros de la congregación de las Escolapias, propietarias del templo. La directora del colegio, Blanca Ester, va aún más allá: «Si no se arreglan pronto, será el fin definitivo porque llegará un momento en el que será ya demasiado tarde para su recuperación». El deterioro de las pinturas se hace evidente en los restos pigmentados de cal y yeso que recogen las monjas del suelo cada vez que hacen limpieza del templo, con piezas desprendidas de las cúpulas, muros y techos que «incluso alcanzan casi los tres centímetros de superficie», recuerda Boned.

 

La ‘capilla sixtina’ de Aragón

Aunque conocida popularmente como iglesia de la Mantería, su verdadero nombre es el de Santo Domingo de Villanueva. Ubicada en la plaza de San Roque junto al Coso, es considerada para  algunos expertos como la ‘capilla sixtina’ de Aragón por la magnífica decoración pictórica que Coello realizó En el siglo XVII. Construida por los agustinos en 1686, pasó a propiedad de las Escolapias en 1883. El templo, cerrado habitualmente al público, abre ahora solo para celebraciones litúrgicas de importancia como bodas, comuniones o bautizos. Pese a los diversos proyectos para eliminar las humedades -el último finalizó las obras a comienzos de 2011-, la iglesia sigue con problemas. Joaquín Soro, arquitecto que dirigió los trabajos de restauración en la Mantería, afirma que, «pese que se ha avanzado mucho, la humedad podría persistir en los muros de la iglesia durante algunos años dadal a dificultad para impermeabilizar el interior de algunas pilastras por su elevado grosor, en particular, la zona ubicada junto al presbiterio que da a la calle de Palomeque». En 2001, la cúpula del Evangelio (situada en el brazo izquierdo de la cruz que forma la planta de la iglesia) se hizo añicos al desplomarse, y con ella sus pinturas. Más de 14.000 trozos fueron recogidos por los miembros de la escuela taller que estaba restaurándola y trasladados a la antigua Universidad Laboral para su recuperación. Había trozos de todos los tamaños, algunos minúsculos incluso, que no hubo manera de recolocar, además de otros que quedaron directamente hechos polvo. Si entonces se veía arriesgada la recuperación de la pintura de este mural, ahora, que la DGA alega no tener recursos, su restauración se antoja aún más difícil. Una tarea de restauración que, aunque complicada, es urgente e inmediata para toda la obra de Coello en la Mantería sino se quiere perder para siempre.

 

 

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