Nuevo Director General de Cultura, el clan de Huesca se afianza.
El perfil.
Ya tenemos nuevo Director General de Cultura, Ramón Miranda (Barbastro, 1957), alcalde de Graus por el PSOE entre 1983 y 1991 y desde 1995 hasta la actualidad. Como diputado provincial por Huesca ha presidido la Comisión de Desarrollo y Medio Ambiente y ha estado al frente del área de nuevas tecnologías, diseñó un modelo de servicios sociales para el medio rural y puso en marcha el grupo de Municipios Históricos del Pirineo. En la DGA ha colaborado como asesor técnico de educación y cultura en 1994 y 1995 y en el departamento de economía entre 1999 y 2003. Según datos aportados en Red Aragón, 31/10/ 2007, Ramón Miranda es un antiguo guerrista que en 1993, en medio de las batallas internas del PSOE aragonés, se quedó descolgado en los cargos en la Diputación de Huesca, presidida a la sazón por Marcelino Iglesias; fue asesor cultural de Ángela Abós y regresa ahora al organigrama cultural, una vez convertido al marcelinato, según señalan algunos expertos. Miranda lleva muchos años al frente de la Alcaldía de Graus y ahora ha sustituido a Pilar Navarrete que dirigirá el Instituto de Bibliotecas.
La entrevista. El Periódico de Aragón 11/11/2007
-Usted lidera una comisión de alcaldes de la zona oriental para impulsar la devolución de los bienes eclesiásticos por la diócesis de Lérida ¿Cómo ve ese problema desde su nuevo cargo?
--Hay que dejar claro es que esto es un conflicto interno de la Iglesia Católica, entre dos obispados y que es la Iglesia la que tiene la última palabra para resolverlo. Después, que ese tema no compete a mi dirección, sino a la de Patrimonio Cultural. Pero yo soy de la zona y sigo siendo miembro y portavoz de la comisión de alcaldes, por lo que estoy dispuesto a colaborar en lo que haga falta para solventar el conflicto y no en lo que sirva para encizañar las cosas entre dos comunidades autónomas.
--Usted ha trabajado en la línea de dejar que las fablas locales se desarrollen naturalmente y no tratar de uniformizarlas en una sola. ¿Cómo afrontará ahora el tema?
--Creo que la lengua es un instrumento de comunicación y de cultura. Perder una lengua es perder diversidad, al igual que pasa con las especies naturales. Ser de un territorio donde se habla el castellano, el catalán y después unas variedades del aragonés es una riqueza. Eso es lo que tenemos que preservar. Hay un proyecto de ley en marcha sobre el asunto.
--Una de sus tareas fue llevar las nuevas tecnologías a los núcleos del Pirineo donde no se podían enviar faxes, ni pagar con tarjeta, ni acceder a Internet. ¿Va a proyectar a todo Aragón la plena ciudadanía digital?
--La incorporación de las nuevas tecnologías en general a la sociedad y singularmente a la Administración y a las empresas es un reto fundamental. Esa es la revolución más importante que estamos viviendo. Por ello tenemos que plantearnos su utilización para optimizar cualquier recurso tanto empresarial como cultural. Puede ser un instrumento muy importante para reforzar las ofertas culturales y ponerlas en valor, no cabe duda.
--Diecinueve museos oscenses se pueden visitar ya con audioguías. Podría ser un ejemplo.
Veremos si eso es aplicable a todos los de Aragón. En Huesca no sólo pusimos audioguías sino que hay una web en la que se muestra una exposición virtual con sus temáticas y hay una colección de software con otras ofertas relacionadas con la cultura en el territorio. Eso engarza con que la cultura, además de un derecho de ciudadanía y una necesidad para la promoción de las personas, puede ser también un instrumento muy importante de desarrollo económico de un territorio.
--Usted creó una agrupación de municipios históricos en los Pirineos ¿Cabría una red aragonesa?
--Todas esas cosas son factibles y más con la aplicación de las nuevas tecnologías. A excepción de Zaragoza, que es una gran ciudad, el resto de Aragón es lo que conocemos como territorios interiores. Una de las virtualidades de las nuevas tecnologías es situar a los territorios interiores nuevamente en el mapa. En el siglo XX el desarrollo industrial ha producido un proceso de vaciado, no sólo de la gente sino también del paisaje, con sus connotaciones culturales.
--¿Puede reconducirse el proceso, a estas alturas?
--Si somos hábiles podremos resituar todo eso en el mapa y ofertarlo como una potencialidad magnífica. Tenemos un territorio muy diverso. Y gracias a ese vaciado se han conservado muchas cosas que, si no, a lo mejor habrían desaparecido. Eso lo podemos poner en valor, sin duda.
--¿Qué se puede hacer con los festivales?
--En este momento hay una gran oferta de festivales. Vamos a subrayar mucho el aspecto de la cooperación. Trataremos de sacar el máximo partido a las cosas que hacemos, desde el punto de vista social, pero también económico. La cultura no tiene que ser sólo un área de inversión y de gastos, sino también un generador de recursos para los territorios. Si tantas cosas que se hacen desde distintas instituciones somos capaces de ponerlas en común y sumar las sinergias, todo será más rentable.
--Hay dos grandes temas controvertidos en el departamento de Cultura al que usted se incorpora: El teatro Fleta y el Espacio Goya ¿Qué opinión tiene sobre ellos?
--Son temas que conozco muy por encima. Más quizá del momento en que fui asesor de la consejera Ángela Abós. Pero ahora estoy aterrizando y no los conozco en profundidad. Lo que sí sé es que entro a formar parte de un equipo que tiene una política definida en el sentido de que la cultura tiene que ser siempre innovadora, que no puede verse desde una sola óptica, sino que pertenece a un ámbito dinámico, en constante evolución.
--¿Por qué no deja la Alcaldía de Graus?
De momento yo la mantengo, pero no sé si por mucho tiempo. Veremos en unos meses. No estoy dispuesto a hacer más cosas de las que puedo hacer.
-------------------------------------------------
Nuestra Experiencia.
Hace algunos años Apudepa, alertados por la Asociación de la Liga Ribagorzana, que presidía D. José María Auset, descendiente de D. Joaquín Costa, se puso en contacto con la alcaldía de Graus a fin plantear algunos temas referentes al patrimonio grausino, pueblo que ostenta la categoría de Conjunto Histórico. La Plaza Mayor tiene unos excepcionales palacios, Heredia, Bardaxí y Casa del Barón que no contaban con protección individual. Logramos que fuesen declarados Bienes Catalogados por la DGA pero el palacio de Heredia planteaba, casi en paralelo, una intervención de vaciamiento impropia a la categoría del edificio, aunque fuese a recuperar las interesantes pinturas de la fachada. Nunca hemos sabido que ha pasado con el interior de ese palacio, pero mucho nos tenemos que no se han respetado unos espacios que a todas luces eran de gran interés arquitectónico como ha reconocido la DGA.
La opinión.
Desde Apudepa entendemos que necesario la absoluta profesionalización en materia de gestión cultural, no políticos colocados en cultura. Que se elijan buenos técnicos independientes que asesoren y propongan en debida forma a quien deban de hacerlo.
Hemos leído la respuesta de Ramón Miranda a la pregunta del periodista en relación al Teatro Fleta y el espacio Goya. Es más que preocupante su respuesta.
2 comentarios
Epitafio Lápida -
Observador -