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APUDEPA

Botín, Ureña y la Virgen

Botín, Ureña y la Virgen

Emilio Botín ante la Virgen del Pilar con el manto del Banco Santander en Zaragoza. Fotografía: Heraldo de Aragón 2008. Se suceden en este blog imágenes mediáticas relacionadas con el poder. Ayer, el antes hombre de Ibercaja y Endesa, Manuel Pizarro, con Marcelino Iglesias, presidente aragonés. Hoy les mostramos esta imagen que no necesita mucho comentario, representativa del estrecho vínculo de los poderes fácticos, al estilo de los siglos XIX y XX españoles, en los que iglesia católica, políticos –militares- y poder económico han procurado ir siempre de la mano. ¿Acaso no parece una foto de rancias épocas pasadas? No nos engañemos: es el presente.

Ahí tenemos a la Virgen del Pilar con el nuevo manto y logotipo del Banco Santander, a su presidente, Emilio Botín, y al arzobispo de Zaragoza, Manuel Ureña, mostrando caras satisfechas (los dos últimos) el 19 de enero de 2008. El Santander aspira a ser el quinto banco mundial después de alcanzar record de beneficios en los últimos años (6.220 millones de euros en el año 2005), según declaraba en Zaragoza su presidente en la reunión que mantuvo con los 2.100 directivos de la firma financiera.

La Virgen del Pilar es un patrimonio material e intangible de valor no cuantificable. Por eso, y por otras muchas más razones, no nos gustan estas imágenes emanadas de la prepotencia y el abuso del poder. Están desfasadas, son ridículas y hieren la sensibilidad más elemental relacionada con la fe y la cultura.

Es posible que Ureña le pase factura a Botín (porque desparpajo al arzobispo no le falta) pero ese no debe ser el camino. La estructura arquitectónica del templo mariano necesita constante vigilancia. Las pinturas de las cúpulas de la Santa Capilla –de los hermanos Bayeu- sencillamente no se ven y pondríamos otros muchos ejemplos de deficiente conservación del templo aunque se haya restaurado recientemente los frescos Regina Martyrum de Goya y las fachadas y las torres.

Al hilo de todo esto, recordaremos ahora que en Madrid los vecinos del entorno de San Francisco el Grande se han movilizado a favor de la permanencia del parque de la Cornisa, los jardines de las Vistillas, las traseras de la Ronda de Segovia y Cuesta de las Descargas, en contra del Convenio Urbanístico entre el Ayuntamiento de Madrid y la iglesia católica por la que ésta obtendrá el derecho de levantar más de 20.000 m2 para nuevos edificios, la nueva sede del Arzobispado de Madrid (Casa de la Iglesia) y una biblioteca conciliar. Hace pocos días Apudepa se sumaba a las reivindicaciones contra unos pactos de cuyo trasfondo puede dar imagen esta desfasada erótica del poder. A unos y a otros no les basta con nada, los derechos democráticos más elementales se siguen pisoteando en este país. En días pasados explicábamos cómo Apudepa reivindica también la permanencia del paisaje, las vistas urbanas amadas por la población como parte de la democracia. Y hoy exigimos respeto hacia nuestra querida Virgen del Pilar. Porque para muchos de nosotros, creyentes y no creyentes, pero todos amantes de la cultura, es una auténtica vergüenza convertir a la Virgen en escaparte publicitario. Desgraciadamente, muchos han intentado siempre servirse de los sentimientos populares generales para beneficio propio. Pero con la sagrada imagen nadie, hasta ahora, había llegado tan lejos con tamaña osadía.

Como la Virgen tiene muchos mantos, confiemos en que no le vuelvan a poner a la Virgen el manto del escándalo. Además de lugar común y de peregrinación, el Pilar debería ser (no hace falta ser beato para recordarlo) consuelo de pobres y templo de los afligidos, y esos no han tenido, ni tienen (a diferencia de Emilio Botín), derecho a besar por delante el icono sagrado.

 

2 comentarios

Cibeles -

Pues a mí para salvar los Jardines Históricos (Las Vistillas) de todas las vírgenes del mundo la que más ilusión me haría que se nos apareciera para hacer un milagro y salvarlos, es la del Pilar. De niña una vez me llevaron a besar su manto y yo pataleaba y gritaba:"No me quiero morir, que no me quiero morir". Me habían dicho que cuando te morías ibas al cielo donde te encontrabas a la Virgen y claro...

Pero ahora he cambiado totalmente de opinión porque sé que gracias a este nuevo encuentro, ¡¡por fin veríamos el bello cielo de nuestra ciudad!!

Discorida -

¡Qué pena!. Si la Pilarica pudiera se bajaría del pilar, cogía el látigo y echaba del templo a los mercaderes y además, se marcaba un "estriptis"