El legado de los Siglos: La larga espera de la iglesia de Híjar
Híjar y su iglesia. JEP, 2006. Foto Apudepa
Heraldo de Aragón, 26/6/2009. Heraldo publicó este texto en relación con la serie que está editando estos días, El Legado de los Siglos: "La larga espera de iglesia de Híjar". Como no lográbamos encontrar el enlace (más tarde sí), transcribimos el texto que se señala a continuación, pero antes indicaremos dos apostillas:
Una que el tema que nos ocupa es importante porque una iglesia parroquial monumental, histórico-artística, en una localidad como Híjar debería estar en perfectas condiciones porque representa nuestra cultura, independientemente que sea pública o privada, perteneciente a una religión a otra. Desde el respeto al posicionamiento privado, sea religioso o laico, la cultura está por encima de ciertos posicionamiento privados y por consiguiente hay que encontrar soluciones justas, pactos justos desde el gobierno con la iglesia católica (en este caso). Lo contrario, sería tremendo, dar un borrón inexplicable a nuestra historia y con ello un error bárbaro, de impredecibles consecuencias.
La otra cuestión que nos preocupa se desprende de otro párrafo del texto y en concreto de lo que lo que se dice de las obras de reparación por cuanto se habla de la "sustitución de la estructura de madera justificándolo porque las bóvedas necesitan de un cosido que garanticen su sujeción". No conocemos la situación concreta de todo ese entramado de madera bajo cubierta pero su sustitución completa tendría que ir avalada por un deterioro total. No salvar las vigas de madera que estén en buena condición es añadir a la larga un problema más al templo porque ese cosido que garantice su sujeción no está avalado por la práctica restauradora. No hace falta nada más que contrastar las"Carta de Restauro" italiana de 1972 y 1987 (publicadas por el Ministerio de Cutura) y "Las Recomendaciones para el análisis, conservación y restauración estructural del Patrimonio arquitectónico" (Zimabaue, 2003). Si en la primera se habla con facilidad del cambio de los materiales estructurales de origen, en la última ya se reconoce expresamente la problemática que ello implica en la conservación del monumento a medio y largo plazo. Como dice las citadas Recomendaciones el valor de un edificio histórico no reside sólo en la apariencia de su elementos individuales sino también en la integridad de todos sus complementos y como principio general que toda intervención debe respetar, en la medida de los posible, la concepción y las técnicas constructivas originales, así como el valor histórico de la estructura y las pruebas históricas que proporciona. Por consiguiente, la eliminación o alteración de cualquier material histórico cualquier característica arquitectónica distintiva debe evitarse en la medida de lo posible y la reparación es siempre preferible a la sustitución. Cualquier propuesta de inervención debe ir acompañada de un programa de monitorización.
A menudo, no suele ocurrir nada de todo esto sino que con una ligereza admirable se proponen sustituciones que, de trabajar en equipos profesionales interdiciplinares, no se alcanzaría ese estado de hechos irreversibles. No respetar el principio de reversibilidad es ya mal asunto en planteamientos restauradores. Por cierto, observen, a la izquierda de la imagen, el impacto visual de un torreón medieval mal restaurado
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La larga espera de la iglesia de Híjar
por Beatriz Severino
La vida de los hijaranos transcurre apacible a los pies de la iglesia Santa María La Mayor. Desde el cerro más alto de la localidad, el templo se erige majestuoso. De hecho, es la primera construcción que avista el viajero que llega a Híjar desde el Norte por la N-232. Ni a los vecinos ni al párroco, Carlos Palomero, les tiembla la voz al afirmar que "la iglesia de Híjar es como el Pilar para Zaragoza y los zaragozanos".
Desde que se comenzara a construir en el siglo XIV, el templo ha permanecido abierto en la plaza del Castillo, formando parte de la vida de los hijaranos como una de las joyas patrimoniales de la capital de la Comarca del Bajo Martín. Sin embargo, a pesar del aspecto de robustez de la edificación, las innumerables modificaciones que ha soportado su estructura han provocado la aparición de grietas, que han tenido como consecuencia el cierre de la iglesia por peligro de derrumbamiento. En 2005 cayeron los primeros cascotes del techo y, en 2007, el segundo desprendimiento obligó a cerrar la iglesia al culto. "Los escombros cayeron sobre varios bancos. Ocurrió de noche y no hubo que lamentar daños personales, pero se decidió cerrar definitivamente", explica Palomero. La clausura del templo trajo consigo la toma de decisiones un tanto dolorosas, como el traslado de la celebración de la Semana Santa de este pueblo de la Ruta del Tambor y Bombo del Bajo Aragón al pabellón de festejos.
Tras dos años esperando una respuesta por parte del Arzobispado de Zaragoza y del Gobierno de Aragón, la redacción del proyecto se encargó en enero del presente año y se destinaron 700.000 euros para la adjudicación de las obras de reparación. La reforma incluye la sustitución de la estructura de madera de la cubierta; las bóvedas precisan de un cosido que garantice su sujeción y las grietas de las fachadas serán selladas. De momento, aunque aún no han comenzado las obras, se prevé que Híjar celebre la Semana Santa de 2011 bajo el techo de Santa María La Mayor.
Mezcla de varios estilos
La construcción de la iglesia coincide con el desarrollo de la villa de Híjar como pueblo y con la constitución de la Casa de Híjar, anterior al Ducado.
"Algunos consideran que la iglesia es de estilo gótico-múdejar, aunque yo no soy partidario de poner apellidos a los estilos. Este templo es mudéjar por muchos aspectos", considera el técnico de Patrimonio del Ayuntamiento de Híjar, Almuayad Royo. Una de las pruebas que señala Royo es la distribución, mano de obra, estructura y tipología.
La iglesia comenzó a construirse desde la cabeza a los pies y se concibió como de una sola nave. La torre y las capillas llegaron después, concretamente, entre los siglos XVIII y XIX. "Se erigió la torre campanario alrededor de 1855. Se sabe porque cada cuerpo tiene un estilo diferente. El primero tiene capiteles dóricos y el segundo, jónicos. Quizá había un proyecto de hacer un tercer cuerpo con capiteles corintios, que hubiera sido lo más lógico", explica Almuayad Royo. Después de la torre, se procedió a la construcción de las nuevas capillas adicionales. "La devoción y el aumento de población hicieron que la iglesia poco a poco se fuera ampliando con la construcción de capillas", asegura. Originariamente, la distribución de la iglesia mudéjar era de base única con capillas entre los contrafuertes. Estas nuevas capillas barrocas se dedican a San Braulio y a la Virgen del Rosario y San Isidro, patrones importantes de la Villa. "Fue en esta época cuando se ensalza el culto mariano y aparecen, por ejemplo, los Rosarieros de Híjar. Además, muchas de las cofradías que existen se formaron entonces", explica el técnico.
La iglesia sufrió una de las intervenciones más fuertes en el siglo XVI, hacia 1500, cuando la Casa de Híjar fue ascendida a la categoría de Ducado, se le dio un fuerte empujón para acabarla. "Se contrató el retablo a Juan de Moreto, un mazonero napolitano, sin embargo, se perdió en la Guerra Civil", relata el técnico. "En Sallent de Gállego se conserva otro retablo de este autor, aunque parece ser que el de Híjar fue el más grande que construyó", explica Royo.
Además, la iglesia Santa María La Mayor guarda el ’honor’ de haber sido ascendida a colegiata. "Fue el tres de octubre 1319, ya que Híjar era una ciudad importante pero carecía de catedral. Sin embargo, el Pilar de Zaragoza protestó y la categoría de colegiata sólo duró un mes", relata Almuayad Royo.
La iglesia entraña muchos secretos bajo sus pies. A falta de una excavación arqueológica, nunca se sabrá cuántos estilos y civilizaciones dejaron su huella en el emplazamiento donde se encuentra el templo, sobre la plaza del Castillo de Híjar, que también esconde un antiguo cementerio.
4 comentarios
Blog de Apudepa -
Vicente -
En la actualidad el culto de la iglesia católica se ha trasladado al pequeño templo de San Antón, antigua sinagoga. El que no lo conozca no se piense que este edificio se encuentra en buen estado, pues no, nada de eso. La tarima del suelo está podrida con riesgo de meter el pie, en el artesonado del techo hay grandes goteras, importantes humedades en todos los muros ...y podriamos seguir...
Volviendo a la iglesia parroquial; estoy seguro que garda secretos y sorpresas importantes, como restos de decoraciones y pinturas murales, aparte de lo que pueda guardar en el subsuelo. Pero de sobra sé que esto a los técnicos y demás personajes de nuestros representantes en DGA no les interesa, no quieren saber nada más de patrimonio por descubrir. ES PARA LLORAR.
Blog de Apudepa -
De la historia del Torreón algo sabíamos . Volver a escuchar la sin razón del destrozo nos ha apenado de nuevo. Restauraciones así sobran.
Mestizo -
La Iglesia de Híjar nunca ha sido estudiada, sería un buen momento para realizar unas excavaciones arqueológicas y para estudiar algunos restos muy importantes. En la bóveda, por la zona de arriba (no muy recomendable para pasear pero que el que esto suscribe ha paseado en varias ocasiones) todavía quedan los arranques (un metro y medio aprox.) de la a´ntigua bóveda con esgrafiados mudéjares. En la zona Norte, bajo las ampliaciones barrocas, se conservan varias paredes de la estructura antigua que pueden dar luz a gran parte de la historia de nuestra iglesia. La última intervención de la DG de Patrimonio Cultural en la zona fue en un torreón medieval, el único que se conserva enterito del antiguo recinto amurallado. Ni cortos ni perezosos forraron el torreón con ladrillos, lo "relavaron" de cemento y lo pintaron de un tono crema muy "mono". Ahora parece una gran cisterna en lugar d eun torreón.
Por otra parte, si tenemos que arreglarle la iglesia a la Iglesia, no estaría de más que en el convenio que se firme hicieran sustituir algunas "placas" que lucen orgullosas en la fachada del atrio.
Otra pregunta que me hago. ¿La Iglesia es un bien privado?