El IAACC Pablo Serrano: la colección Citoler y De Pictura no encuentran acomodo.
Pilar Citoler. Imagen, centrosdefotografia.es
En el último mes se han sucedido cuatro acontecimientos culturales en Aragón de relevancia: la inauguración del Museo Diocesano de Zaragoza, la exposición ’Joyas de un Patrimonio’ (2003-2011) por la DPZ en el Palacio de Sástago, la inauguración-apertura de la catedral de Tarazona, y, finalmente, la reapertura del Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneo (IAACC) Pablo Serrano (antiguo Museo Pablo Serrano).
De todos, el Pablo Serrano se ha llevado la máxima atención en los medios periodísticos por cuanto los volúmenes atroces del edificio no han pasado desapercibidos a nadie y su gestión en los últimos años ha estado vinculada a ciertos escándalos: informe del Tribunal de Cuentas, 2004-2005, que acredita que el contrato de ampliación del Museo Pablo Serrano se adjudicó de modo directo al arquitecto Pérez Latorre, sin que existiese razón legal que lo justificase; un presupuesto de ejecución de 28, 5 millones de €., cantidad que supuso una desviación de más 35% sobre el presupuesto inicial y, como guinda de la tarta, las recientes manifestaciones-denuncia de Susana Spadoni, nuera del escultor y miembro del IAAC Pablo Serano, de la desaparición de los fondos del Museo de ciertas piezas del escultor turolense, desaparición que niega rotundamente la Dirección de Cultura de la DGA.
No acaba ahí la cosa. El Intituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneo (IAACC) Pablo Serrano (antiguo Museo Pablo Serrano), es además, en cierta manera, un misterio de gestión en cuanto a sus fondos, porque no es comprensible a estas alturas que dos coleccionistas aragoneses, de singular importancia en el panorama artístico español, los propietarios de pintura contemporánea, Pilar Citoler y Mariano Yera y Javier Lacruz, también director artístico, creadores de la colección ’De Pictura’, no formen parte de la colección del Museo Pablo Serrano, espacio expositivo que se caracteriza, al decir de muchos, por su falta de contenido. ¿’Volarán’ en su días estas colecciones a Córdoba, Pamplona, o a cualquier otra capital española? Camino llevan, con tanto inútil en el poder.
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