Blogia
APUDEPA

Las Asociaciones ante el movimiento “reconstituyente” del 15 de Mayo

Las Asociaciones ante el movimiento “reconstituyente” del 15 de Mayo

La fuerza con que las protestas espontáneas dieron continuidad de forma masiva a las manifestaciones celebradas en España el 15 de mayo –manifestaciones gestadas en Internet por colectivos y personas diversas- ha hecho pensar en la posibilidad de un proceso reconstituyente que encauce el enorme malestar de la sociedad española ante los abusos del poder económico y de su obediente clase política. Los resultados de las elecciones municipales y autonómicas del 22 de mayo, sin embargo, han venido a matizar el poder de las protestas y, con la más optimista de las interpretaciones, sugieren que estamos asistiendo a un ensayo general más que a un estreno. Pese al ímpetu y la conciencia de muchos movilizados, la sociedad sigue siendo sumisa y dócil y sigue estando adocenada y desinformada.

Pese a todo, los inconformistas de siempre tenemos la ilusión de pensar que estamos viviendo un fenómeno nuevo que puede derivar en un cambio real, un fenómeno que a las cosas de siempre añade otras suficientemente novedosas como para considerarlo original. A las reivindicaciones que diversos sectores sociales vienen haciendo desde hace mucho tiempo se han sumado el calor masivo y la energía popular, además de la sanísima promiscuidad del pueblo diverso. A la apropiación del espacio físico que las revoluciones (y más modestamente, las reivindicaciones) han pretendido siempre se ha sumado la toma del espacio virtual de la Red. Y a la búsqueda de una organización y de consignas monolíticas se ha sumado la posibilidad de un método de trabajo horizontal, con menos jerarquía, más debate y más voces.

La cuestión tiene suficientes ingredientes nuevos y originales, como decíamos, para que las organizaciones tradicionales, las instituciones, los partidos políticos, los sindicatos, los medios de comunicación y los círculos empresariales parezcan ya, de pronto, absolutamente obsoletos y para que parezca que sus responsables y miembros no se enteran de nada. Pero ¿y las Asociaciones? No nos referimos, por supuesto, a las Asociaciones más o menos paragubernamentales que reciben fondos públicos. Estas se mantienen en la esfera más cercana al sistema y su discurso, la experiencia nos lo muestra, resta absolutamente subordinado al oficial. Nos referimos a las Asociaciones independientes con un discurso propiamente elaborado, las que han mantenido sobre el poder político y económico la presión que han podido ejercer, las que han sido combativas contra el “sistema”, las que -en definitiva- han venido manteniendo vivas en soledad las reivindicaciones que el nuevo movimiento abandera hoy. ¿Qué podemos hacer las Asociaciones para, sumándonos, no disolver el conocimiento adquirido ni perder los elementos más positivos?

Como ciudadanos muchos miembros de APUDEPA hemos formado parte de las protestas del 15 de mayo, marchando en la manifestación o participando en las Asambleas. APUDEPA ha sido también elemento transmisor de las protestas mediante su sede en facebook y twitter o el correo electrónico. Pero, además de eso, valorando la enorme importancia que nos parece que puede llegar a tener el nuevo fenómeno, APUDEPA ha constituido una especie de “gabinete de crisis” para mantener constantemente viva la reflexión sobre la nueva situación, de manera que nos ayude a resituarnos dignamente y nos permita evitar el desfase que observamos, como ya hemos indicado, en las organizaciones tradicionales.

Para comenzar, consideramos que las Asociaciones y las organizaciones independientes, cuyos miembros por otra parte somos muchos de los que participamos en el movimiento del 15 de mayo, no debemos ni podemos aspirar a mantener o trasponer determinados métodos de funcionamiento, puesto que nos parece importante saber captar que se están produciendo unas nuevas relaciones entre la masa, el colectivo y el individuo que pueden hacer cambiar los métodos de trabajo y reflexión colectivos. Nos parece importante también reconocer que nos equivocaríamos si asimiláramos el movimiento a alguna de las estructuras conocidas hasta ahora, si pensáramos que se trata solamente de una red de colectivos, porque nos parece que es algo más, que puede llegar a ser algo así como una nueva manera de vivir la democracia.

De la misma manera nos parece que tampoco se le pueden imponer al movimiento -o a los movimientos- la simplificación que una sociedad fuertemente mediatizada viene imponiendo sobre todos sus “productos” para poder reelaborarlos en clave de mensajes fáciles, sintéticos y consumibles. Debemos hacer un esfuerzo para saber mantener la complejidad y creemos que no debe asustar a nadie que el movimiento no se comporte, en momentos como ahora, como algo parecido a una organización o Asociación al uso, con su jerarquía, su verticalidad, sus portavoces, sus mensajes monolíticos y su rigidez. Creemos que, quienes devalúan el movimiento por su carencia de líderes, de coherencia o de propuestas concretas no han entendido nada, de nuevo.

Pero junto a todas estas novedades que aportan un carácter específico que, a nuestro juicio, todos hemos de intentar proteger, cabe que las Asociaciones reivindiquemos poder sumar en ese espacio ciudadano y compartido una experiencia que hemos acumulado tras muchos años de trabajo solitario. Si tantas son las novedades, ha de reconocerse también que las reivindicaciones del movimiento del 15 de Mayo no son, en absoluto, originales. Muchas Asociaciones vienen sufriendo el maltrato institucional por defender en soledad las cosas que ahora se ponen encima de la mesa. Incluso partidos políticos como Izquierda Unida y Unión, Progreso y Democracia han defendido, en lo que concierne a la legislación electoral, los mismos cambios que ahora se demandan. Pero todavía más al margen, muchas Asociaciones como APUDEPA venimos construyendo conocimiento (a partir de la experiencia de la acción, de la investigación y la observación de la realidad) que ponemos al servicio de la sociedad en forma de reivindicaciones justas contra los vicios del sistema de poder económico-político (y no nos referimos a la democracia, cuyo ideal es precisamente el nuestro) convertido ya en un absoluto desastre. Nadie informado puede dudar ya de que el actual sistema económico es un sistema de explotación de las personas, de empobrecimiento intelectual, de creación de pobreza y de desigualdades flagrantes y de enriquedimiento injusto de una minoría de sinvergüenzas sin escrúpulos.

Es justo reconocer que lo que ahora comienza a ser reivindicado masivamente es lo que en penosas condiciones de incomprensión se ha tratado de ganar mediante la lucha diaria. APUDEPA, en concreto, en lo que afecta a la cuestión del marco territorial y urbanístico del patrimonio cultural. Es decir, la denuncia de la explotación urbanística, de la especulación, del urbanismo depredador (incluido el de piel de diseño de cordero) que es la causa de la falta de viviendas, del acoso inmobiliario, de la destrucción del paisaje y de la dignidad del habitar. Este tesoro de conocimiento acumulado desde la independencia y conservado por las diferentes Asociaciones no se puede perder y creemos que el movimiento reconstituyente del 15 de Mayo ha de ser sensible a ello. Nos parece que su dirección es la buena. No en vano muchas personas que han aportado la fuerza inicial pertenecen o conocen el mundo marginal de las Asociaciones de voluntarios. Hemos observado que el movimiento es sensible (no podía ser de otra manera) con aquellos que le han precedido en la antorcha de la justicia social. En el marco del emocionante y magnífico resurgir del debate público de calidad en la calle, la Puerta del Sol ha sido testigo de charlas de Asociaciones en defensa de la sanidad y la educación públicas y las plazas de Catalunya y del Pilar han escuchado con fervor a quienes vienen clamando con argumentos esforzadamente trabajados contra el actual estado de cosas.

En conclusión, y en este diagnóstico de urgencia que a nosotros nos permite marcarnos una dirección inmediata de acción, deseamos que el nuevo movimiento crezca y se expanda y conquiste todas las plazas del país y proponemos que abra espacios para las Asociaciones y el conocimiento social y libremente construido (fruto del diálogo y del intercambio de saberes). Pero creemos también que las Asociaciones no debemos caer en la tentación de tratar de apropiárnoslo ni de tratar de imponer que su espacio tenga la forma del nuestro, el que ya conocemos, para evitar entorpecer el surgimiento de un nuevo lugar que pueda derivar libremente hacia una nueva y original esperanza. 

 

1 comentario

Socia de Apudepa -

Muy buen artículo. Enhorabuena.