Blogia
APUDEPA

Carta abierta de Apudepa a los ciudadanos de Cataluña que se sienten “expoliados por España”

Carta abierta de Apudepa a los ciudadanos de Cataluña que se sienten “expoliados por España”

Conciudadanos del mundo:

En las últimas semanas muchos ciudadanos catalanes han expresado con contundencia un sentimiento de pertenencia nacional a Cataluña, de rechazo hacia “España” y de profundo agravio por lo que se considera un continuo “expolio” del Estado. A lo primero nada tenemos que decir, los sentimientos son libres y cada cual construye los suyos o se los deja construir. Pero nos permitiréis que con respecto de lo último nos sumemos a la reflexión por si pudiéramos alcanzar algunos consensos y comprendernos mejor.

Para que no se reciba esta carta con reticencia será preciso que nos presentemos. Apudepa es una Asociación independiente no subvencionada que lucha con tesón por la defensa del patrimonio aragonés. Fundamentalmente el aragonés porque, si bien nuestro amor al patrimonio no conoce fronteras, nuestros recursos y capacidad de acción sí. No necesitamos enemigos exteriores: aquí solemnemente declaramos que los máximos enemigos del patrimonio aragonés están en Aragón. Son la ignorancia, la desidia y la codicia y contra todas ellas ha luchado y lucha nuestra Asociación de la mejor manera que puede. Sabed que las instituciones aragonesas no nos quieren mucho porque continuamente denunciamos su responsabilidad en el maltrato al patrimonio. Tampoco los círculos de poder económico nos tienen cariño aunque (seamos sinceros) frente a los mecanismos de la depredación financiera de nuestro medio la amenaza que representamos es ciertamente modesta.

Como amantes del patrimonio somos entusiastas de la historia. Creemos que es una fuente que legítimamente abastece a los procesos de construcción de eso que se llama “memoria colectiva”, que tanto importa a los sentimientos de comunidad, identidad y pertenencia. Bien es cierto que lo que más refuerza en nosotros un sentimiento de unión es compartir ideales, objetivos y horizontes. Estad seguros de que en Apudepa formamos una mejor comunidad con los queridos amigos catalanes luchadores del Delta (compañeros infatigables en la batalla contra el trasvase y los despropósitos hidráulicos aprobados por los Gobiernos español y catalán con el apoyo de PP y CiU) que con las instituciones y ciudadanos de Aragón que recrecen Yesa, arrasan la Galliguera, se forran especulando y oponen al patrimonio su piqueta.

Solidarios como somos con la defensa del valor de la historia y del patrimonio de Cataluña, en Apudepa os pedimos que entendáis que los aragoneses tienen una historia que conforma también la memoria de un pueblo y que también para Aragón el patrimonio cultural es (entre otras cosas) símbolo insustituible de continuidad histórica y fuente de un imperativo moral de custodia y conservación. Seguro que comprenderéis que a un pueblo ahora olvidado y con poca influencia como el aragonés le gusta recordar orgullosamente aquellas vanidades de otros tiempos y se frustra un poco cuando los medios de comunicación y las instituciones, siguiendo las corrientes dominantes, llaman Corona catalano-aragonesa a la Corona que la historia llamó de Aragón o utilizan el ordinal condal para referirse a los Reyes de Aragón. No hace mucho defendía estas prácticas en el Congreso de los Diputados nada más y nada menos que el presidente de Radio Televisión Española. El agravio de Cataluña por el trato de la historia de los medios españoles (y sobre todo los públicos) no parece justificado. Distendidamente os invitamos a comprobar que el día de Aragón (y de Castilla y León) los medios estatales hacen más referencias a Sant Jordi que a San Jorge. 

El nacionalismo extremista español no ha sido delicado con Cataluña, pero el catalán tampoco lo es con Aragón cuando, entre otras cosas, cuestiona su histórica integridad territorial al negar la “aragonesidad” de las tierras en las que se habla nuestra querida y compartida lengua catalana y trata de imponer el concepto colonialista y reaccionario de Países Catalanes. Apudepa ha defendido y defiende que el catalán sea lengua oficial en Aragón y, precisamente por considerarla lengua propia, defiende también su derecho de participar en el proceso de su normalización y de referirse a ella con el nombre que mejor le convenga al ejercicio de sus competencias y que mejor exprese esa “propiedad”. ¿Acaso no merece Aragón el derecho a decidir?

Lo que a nosotros nos importa más, como os podréis figurar, es el patrimonio cultural. La Corona y el Estado tampoco han tratado históricamente mal a Cataluña en eso. Los Reyes de Aragón decidieron soberanamente situar en Barcelona su gran archivo y sus herederos los Reyes de España (y los diferentes Estados que se han sucedido) han respetado siempre tan legítima decisión, de manera que España guarda en Cataluña uno de sus archivos fundamentales. Jamás los aragoneses han cuestionado ese lugar pero, habida cuenta de que el Archivo de su Corona es el más importante fondo documental de Aragón, los aragoneses creen en su derecho de participar, democráticamente y junto al resto de territorios, en la gestión de un patrimonio compartido cuya propiedad es del conjunto del Estado. El Gobierno español y la Generalitat catalana, sin embargo, han bloqueado siempre el funcionamiento de su Patronato y han imposibilitado, por ahora, todo intento de gestión conjunta. Las Cortes Generales aprobaron con el Estatuto las tesis gubernamentales catalanas para el Archivo y el Tribunal Constitucional rechazó el recurso de Aragón. Tampoco parece que el Estado haya sido en esto demasiado malo con Cataluña.

No solamente siente Aragón esta “orfandad” documental. Los Reyes de Aragón (por los que de alguna manera se cuenta más cercanamente el tiempo histórico de la Comunidad) están enterrados mayoritariamente, por su propia voluntad, fuera de su Reino original. Los restos de los reyes medievales están casi todos en Cataluña y es Cataluña quien los “gestiona” sin el mínimo gesto hacia el resto de los territorios de la Corona. No solamente eso. En la tumba de Alfonso III en la catedral de Barcelona se le niega al Rey su ordinal real (puesto que como Rey es Alfonso III y como Rey figura lógicamente en la lápida) y se le reconoce como “Soberano de Cataluña y Aragón”. ¿Tan difícil hubiese sido enterrar al pobre hombre con el título con que encabezaba todos sus documentos, el de Rey de Aragón, y con todos los demás títulos dignísimos que le seguían? ¿No hubiese sido un gesto, ya no de fidelidad histórica (que también) sino de generosidad con el pueblo hermano de Aragón, que en la catedral de Barcelona no se le escamoteara a este antiguo Reino el título de su Rey? ¿Tanto hubiese costado reconocer que los hijos de Alfonso IV (simplemente Alfons en la Lápida), Jaime y Fadrique, nunca fueron “príncipes”, como allí figuran, sino Infantes, e Infantes de Aragón por ser de eso Rey su padre? ¿En qué se hace daño a Cataluña reconociéndole a Aragón estos detalles de su historia? ¿No es un expolio histórico el que sufren resignadamente los aragoneses?

Gran parte del patrimonio aragonés se halla en museos catalanes. Joyas del arte aragonés se concentran en un “Museo Nacional de Arte de Cataluña”, cuya colección pertenecía (o pertenece, que bien estaría el aclararlo) al Estado. Muchas de ellas fueron compradas y al respecto nada más puede hacer Apudepa que insistir en nuestra creencia de que el patrimonio debe estar lo más cerca posible de los pueblos que lo vieron surgir, sea el patrimonio griego y esté en Londres, turco y esté en Berlín o catalán y esté en Salamanca. Pero otras muchas piezas ni siquiera eso. La gran joya del patrimonio aragonés, el Real Monasterio de Santa María de Sijena, fue quemado por columnas anarquistas provenientes de Barcelona y después del incendio sus pinturas murales arruinadas fueron arrancadas y llevadas, sin licencia de ningún tipo, a esa misma ciudad para su conservación. Bien podría haber hecho el Estado el esfuerzo de conservarlas en el monasterio o, como mínimo, haberlas llevado temporalmente al museo de la provincia, en Huesca. En su día el Estado ordenó tímidamente a Barcelona devolverlas a su herido lugar original, pero nada se hizo ni se ha hecho todavía para ello. El Estado que os “expolia” se ha desentendido de Aragón y permite que las ruinas de Sijena sigan sin la pintura de sus siglos. Por si fuera poco, los restos humeantes del Monasterio, depositados en el Museo Diocesano de Lleida, fueron comprados en secreto por la Generalitat catalana, a quien no le importó su íntima unión a una arquitectura declarada Monumento Nacional, y trasladados a Barcelona cuando ya Aragón tenía competencias en materia de Cultura y Patrimonio, sin que mediara la licencia y la consulta de rigor a las instituciones aragonesas, o estatales. ¿Qué hubiese pasado si la portada de Ripoll hubiese sido comprada por la Diputación General de Aragón a espaldas de Cataluña? El Tribunal Constitucional, mediante una Sentencia de la que fue ponente un magistrado nacionalista catalán nombrado por CiU, desatendió el recurso de Aragón. ¡Qué poco importó entonces la politización del Tribunal! Allá está el símbolo del alma herida de Aragón, despedazado y mutilado con sus bienes repartidos y recomprados. Poca comprensión ha hallado de Cataluña esta parte del Estado que os “expolia”.

Y qué decir ya (porque clama al Cielo) de los bienes que pertenecen a las parroquias aragonesas de la antigua Diócesis de Lleida. Dichos bienes son páginas del arte aragonés y en sus  respectivas iglesias adquieren pleno sentido. Pero es que, además, a sus respectivas iglesias pertenecen incluso legalmente. Lo han dicho así todas las sentencias, de los tribunales vaticanos y de los españoles y, sin embargo, las piezas siguen retenidas en el Museo de Lleida, Diocesà i Comarcal, sin que las autoridades del Estado hayan hecho nada para resolver el asunto, beneficiando así los intereses de las instituciones catalanas. ¿Os podéis imaginar el dolor de un pueblo que tiene, pese a todas las sentencias judiciales y todos los códigos deontológicos de los museos, su patrimonio fuera de sí?

¿Cómo no van a comprender esto los ciudadanos catalanes que un día ligaron la dignidad de Cataluña a la devolución de los documentos requisados por el Estado franquista y depositados en Salamanca? Apudepa, como buena parte de la sociedad española, respaldó que el Estado aprobara por fin devolver a sus legítimos propietarios documentos terriblemente confiscados. Somos muy coherentes con nuestros planteamientos. Tristemente el Estado aprobó devolver los documentos ¡solo a Cataluña y solo a los ciudadanos catalanes!, y las instituciones aragonesas (los Ayuntamientos, el Consejo de Aragón) e incluso el constitucional Gobierno Vasco se quedaron sin nada, pese a todas las reclamaciones. Hemos tenido noticia de que muchos documentos requisados en Aragón, o requisados en Cataluña pero pertenecientes a particulares aragoneses han sido llevados a Cataluña sin que Aragón haya podido hacer nada por reclamarlos. Desde luego la Diputación General, mucho menos eficiente que la Generalitat, ha fallado a Aragón, pero también le ha fallado el Gobierno del Estado, que solamente ha velado en esto por los intereses catalanes. En fin, tampoco aquí parece haber habido expolio. Y son solamente los más flagrantes casos, porque hay más.

¿No os parece que tenemos que hacer todos un esfuerzo por comprender al otro, medir sus razonamientos con las mismas medidas que utilizamos para los propios y obrar en consecuencia? Por muchas de las manifestaciones que hemos escuchado últimamente podemos deducir que quizás vosotros, los ciudadanos de Cataluña que se sienten “expoliados por España” (los únicos ciudadanos de Cataluña a los que va dirigida esta carta), os sentís cómodos resumiendo a España en su capital, teniéndoos que enfrentar solamente a un monstruo opresor sin tener que atender a las complejidades de un país complejo. Porque afortunadamente España es un país complejo. Aquí Aragón, país hermano y compañero de Cataluña en las vicisitudes de la historia, se siente también ahora maltratado y expoliado por las instituciones catalanas.

No hace falta que volvamos a aclarar, pero lo haremos, que esta carta de Apudepa se dirige en todo momento a aquellos ciudadanos de Cataluña que se sienten “expoliados por España” y que a su vez niegan a Aragón el derecho sobre su patrimonio. Y, por si acaso se toma esta carta como una reacción más de esa “España opresora”, advertimos que respetamos y no nos oponemos a la decisión democrática que pueda tomar un pueblo. ¿Os parece que tratemos de entendernos, que dialoguemos serenamente y nos pongamos en el lugar del otro para tratar de solucionar racionalmente los problemas que nos preocupan, dándoles justas soluciones sin tenerle miedo a nada? Este es el deseo que nos guía, un deseo de concordia y de entendimiento mutuo.

Recibid un cordial saludo de Apudepa. 

7 comentarios

Pilar -

Algo hay sí, pero con tu retórica dejas aflorar otras cosas. Un atento lector destacaría:
"profundo agravio"
continuo expolio del Estado"
"enemigos exteriores"
"depreciación financiera"
"identidad y pertenencia"
"pueblo ahora olvidado"
"agravio de Cataluña"
"nacionalismo extremista español"
"la aragonesidad"
"alma herida de Aragón"
"mostruo opresor"
y por último, ¿que tiene que ver el ordinal III de un rey con la conservación del Patrimonio, es que se va a conservar mejor en virtud del nombre que le pongamos?

Sin más

Saludos

Desde el Blog de Apudepa -

Te parece que no hablamos de patrimonio, Pilar? Es de lo único que hablamos.

Pilar -

Patrimonio, sólo Patrimonio. Es un error meteros en estas disquisiciones.

santiago serena puig,juez TERRORISTA. -

Mucha letra para nada, si aragón tiene algo de historia, esta en el VERTEDERO de belverdeloshorrores.es,,,entre otros, y no sera que APUDEPA no lo sepa, mal favor le haceis todos a aragón con delitos como los de ese pueblo, cometidos por vuestros politicos,jueces entre los que me encuentro,curas,policia,y pueblo en general, asi os marcha con un museo en barbastro de foticas gracias a esos delitos.

BLAS -

Lo suscribo de la primera a la ultima letra.!basta de victimismo hipocrita! Lo mio para mi y lo de los demas tambien

ESTEBAN TRIGO -

Soy una persona muy mayor y mi nivel cultural escaso. Sin embargo, la carta de Apudepa me causa un gran respeto y me enseña la fuerza de la razón ante el poder de una prolongada injusticia nacional.

mª Antonia Antoranz -

Totalmente de acuerdo con lo que decís.
Lo compartiré aunque para el común de los lectores es un poco largo