Blogia
APUDEPA

Belén Moneo: La debacle inmobiliaria en España

Belén Moneo: La debacle inmobiliaria en España

 

Termas de Tiberio proyecto de Belén Moneo y Jeff Brok, Panticosa (Huesca). En poco usual en este país que un arquitecto hable claro con respecto al urbanismo español. Lo ha hecho la arquitecta Belén Moneo, hija de Rafael Moneo, que no tiene ningún empacho en mencionar en la entrevista para El País “la ausencia total de planificación urbanística en España”; que “el desarrollo urbanístico [español] sólo se ha guiado por el capitalismo puro y duro”, para apostillar” que "el urbanismo, que es una disciplina prioritaria en otros países y objeto de debate, aquí ha estado fuera del alcance de los arquitectos”.

Las acusaciones son ciertamente graves así que imagínense lo segura que se encuentra la arquitecta para lanzarlas en la última página de El País. APUDEPA agradece su valentía por decir lo que piensa en un tema tan vital como éste. Ahora bien, esta asociación también lamenta que la saga Moneo (con A. Siza) haya intervenido masivamente en la destrucción del conjunto del antiguo balneario de Panticosa, en el Pirineo aragonés, catalogado como Bien de Interés Cultural, la más alta protección otorgada por la Ley de Patrimonio Histórico Español. Cierto es que en otro país más respetuoso con la cultura nunca hubiera consentido tal atropello. Nosotros pensamos que este complejo ha sido otra maniobra capitalista pura y dura, revestida, cómo no, con soflamas de desarrollo local. Por otro lado, el grupo Nozar se retira, por quebranto económico, y ahí está el viejo Panticosa reinventado, como dice cierta propaganda, en "Panticosa Resort", a medio gas, sin concluir.

Lo que Belén Moneo opina para El País es lo que estamos viendo ocurre a todas horas en esta piel de toro de nuestros amores aunque aquí casi todo el mundo se llame andana. ¿Quién le pone el cascabel a la construcción? ¿O no debe ser el Estado español en coordinación con todas las comunidades autónomas?

1 comentario

Rafael del Barco Carreras -

G-20, MÁS ESTADO Y MENOS MERCADO.


Rafael del Barco Carreras


El eslogan es indispensable en la demagogia. Rimando se enciende el entregado auditorio. La sensibilidad de los seguidores se refuerza, y si oculta culpabilidades tanto mejor. La crisis española es producto del tipo de Estado. La debacle inmobiliaria y la piramidal burbuja, absorbiendo el 60% de todo el ahorro español, más el terrible endeudamiento exterior, se centran en unas cajas de ahorros, cartel dominado y controlado a través del Banco de España y la Confederación de Cajas de Ahorro, y dos Bancos dependientes del Servicio de Inspección, y a más abundancia con la Central de Riesgos, información de cualquier tipo de crédito concedido. Al igual con las emisiones de valores, compraventas y OPAS por el CNMV, Comisión Nacional del Mercado de Valores, organismo dependiente del Ministerio de Hacienda. Un Estado omnipresente y decisorio. Por si fuera poco, por la particular idiosincrasia de las cajas de ahorros, más públicas que privadas, y la intromisión de los poderes públicos en los consejos y política de los dos grandes bancos, nos encontramos que el MÁS ESTADO solo conllevaría rotular todas las oficinas bancarias y cajas con una sola sopa de letras, BBVASCHCAIXCAM. Los cuatro de la última reunión de Zapatero, Botín del Banco de Santander, González del BBVA, Fainé de la CAIXA y Blesa de la Caja de Madrid. El ESTADO en cuanto a finanzas se refiere, donde Derecha o Izquierda no tiene más sentido que el Poder y Dinero. Los demás entes financieros son simples subsidiarios, con poco más del 20% del pastel, y el panorama se complica añadiendo el resto de cajas de ahorro y sus políticos y promotores, de hecho hombres de paja. Solo así se entienden esos disparatados créditos de miles de millones de euros renovados e impagados. Una dirigida y centralizada política crediticia distorsionando el resto de Mercado más o menos libre.

Quizá lo que quiera decir el tal Pepe Blanco del PSOE (la O de obrero para quien no se ha construido ninguno del 1.000.000 de pisos sobrantes) manipulando la cacareada e inútil reunión de los Grandes en Nueva York, que si en el Sistema permanece un 40% funcionando como Mercado, también sea absorbido por ese 60% que nadando en la Corrupción ha fabricado una estafa piramidal de la que solo se puede salir con ilimitados billetes nuevos de euro, inflación, quiebras y parados, dejando ante nuestra vista un más que incierto futuro.

Ateniéndonos a Barcelona y repitiendo conceptos, yo animaría a tanto turista que pasea de un edificio a otro de Gaudí y el Modernismo Catalán (el Ensanche construido por un Mercado puro y duro), y les alabo el gusto, que dirijan sus fotos desde la Plaza de las Glorias hasta el FORUM, la nueva Diagonal, o al Hospitalet de Corbacho, extensión de Barcelona hacia el Aeropuerto y Castelldefels, y sin entrar en disquisiciones artístico arquitectónicas (para mí Tapies y otros del arte moderno son puro papanatismo o dura estafa) se interesen por precios y calidades, y deducirán que toda esa inversión en construcción no tiene nada que ver con un Mercado de real oferta y demanda. O sea, en Barcelona no se ha seguido ninguna Ley de Mercado, se han manipulado precios en la Bolsa en cuanto a las acciones de las inmobiliarias, los de terrenos, construcción y venta (lo propio de un Sistema de monopolio u oligopolio) generando créditos e hipotecas basura, siendo el único Mercado en el Mundo que a más oferta y menos clientes más subida de precios, con hasta un 20% anual. La inversión en una inviable GRAN BURBUJA de toda la gran capacidad creada con y después de los Juegos Olímpicos, la expansión por España de sus CAIXAS, la excelente disposición europea en dinero fácil y barato, o el del turismo, y hasta el negro de la droga o economía sumergida, canalizado por las propias CAIXAS a través de infinidad de negocios y sociedades instrumentales tapadera. Al igual que en el resto de España donde se supera en un año a Francia y Alemania juntas en construcción de viviendas, y más caras. Similar a un Plan Quinquenal Soviético fabricando mal o inadecuado, o desecando el Mar Caspio para regar salitres e inútiles desiertos.