El Gobierno de España, al dictado de la mafia de la construcción
Fotografía blogs.periodistadigital.com. Taguas, Zapatero y Sebastián, palacio de la Moncloa. Somos muchos los que pensamos que las decisiones importantes que afectan al mercado no son ya objeto de ningún tipo de discusión política, “gubernamental” o parlamentaria. El mercado se mueve solo y a su son baila la sociedad, más o menos acompasada. Así, los intereses privados, mejor o peor disfrazados, son los que nos gobiernan y el presidente del Gobierno es algo así como el camarlengo de la Corte o el mayordomo de palacio que se encarga, principalmente, de dar prestancia a las capillas ardientes y apariencia a los Consejos de Ministros. Su poder reside en el control de la descomunal Agencia Pública de Colocación y en las decisiones (no poco importantes) referentes al espacio público.
La noticia de que el hasta ahora director de la estratégica Oficina Económica de la Presidencia del Gobierno, David Taguas, pasa a presidir el lobby de las principales empresas constructoras españolas no es, para nosotros, una sorpresa. Estas noticias son de lo más coherentes, pero conviene resaltarlas en la medida en que convierten en cosa probada las consideraciones con las que comenzábamos este post. Sin estas decisiones, tan torpes, tan explícitas, tan coherentes, siempre habría quien podría situar nuestro discurso moderado (y consideramos que más o menos certero) en una supuesta exaltación revolucionaria o marxista-leninista.
Pero ya ven que no es así, que es hecho probado que quien ha marcado la política económica del Presidente del Gobierno durante los últimos años, ha sido escogido por unanimidad, gracias a sus méritos, para presidir la mafia de la construcción. Y decimos estas palabras con la precisión que nos permite el Diccionario de la Real Academia Española, que por mafia entiende, entre otras acepciones al "grupo organizado que trata de defender sus intereses".
Es evidente que las decisiones del Gobierno de Rodríguez Zapatero en materia de vivienda, construcción y obra pública, informadas por Taguas, han agradado enormemente a los constructores y promotores españoles. Es algo que desde el Blog de APUDEPA hemos dicho más de una vez, como clamando en el desierto). Han sido Florentino Pérez (ACS), Exther Koplowitz (FCC), José Manuel Entrecanales (Acciona), Luis del Rivero (Sacyr-Vallehermoso), Juan Miguel Villar Mir (OHL) y Rafael del Pino (Ferrovial) quienes han escogido directamente a David Taguas. ¿Recuerdan ustedes este artículo del Blog de APUDEPA?
El fichaje de Taguas por parte de los constructores viene inmediatamente precedido por el de Eduardo Zaplana por parte de Telefónica y de tantos otros “relaciones públicas” (políticos) por parte de la gran empresa privada. La inmediatez, el desparpajo, la visibilidad y la evidencia que rodean el caso Taguas, sin embargo, lo convierten en especialmente paradigmático. Porque ha sido el autor del “programa de reactivación del sector de la construcción” para dinamizar el de viviendas ante la crisis. El objetivo básico es que haya inversión en los sectores en que “debe” haberla, sean o no inversiones que respondan a los intereses generales. ¿Recuerdan este otro artículo del Blog de APUDEPA? Las manifestaciones del mismísimo señor Presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, en este sentido, han respondido de forma literal al plan trazado por Taguas. En diversas ocasiones se ha manifestado favorable al aumento del gasto en obra pública ante la caída de la construcción de vivienda. ¿Recuerdan estos otros artículos del Blog de APUDEPA?
Y aún existen elementos de juicio para ahondar en la inquietud. Porque Taguas ha formado parte de un equipo de personas que continúa en el Gobierno de España. Como Ministro de Industria, su predecesor en la Oficina de Moncloa (¿Recuerdan este artículo?), Miguel Sebastián y como Ministra de Vivienda, la delfina de Sebastián, Beatriz Corredor. Desde dentro y fuera del Gobierno, Taguas, Sebastián y Corredor, van a definir la acción del ejecutivo en relación a la construcción. Un sector que, una vez más, ha puesto en jaque a la administración pública.
La Oficina Económica de Moncloa ha tenido, tal y como publica el diario El País, una especial relación con el sector de la construcción, con Sebastián y Taguas al frente: “La oficina se centró en respaldar con especial énfasis los proyectos de las constructoras en el exterior. Por sus despachos han pasado prácticamente todos los grandes del sector. Algunos con proyectos relacionados con las obras del AVE, la ampliación del canal de Panamá o las compras de empresas en el exterior, y otros asuntos con sectores colaterales como la banca y el eléctrico. La Moncloa defendió siempre la españolidad de las empresas y, en ese sentido, estuvo al pie de obra de la entrada de Acciona en Endesa o de ACS en Iberdrola. Taguas, que continuó la tarea emprendida por Sebastián, mantuvo la misma dinámica. En su etapa, participó en la defensa de Sacyr en su intento de entrar en la compañía francesa Eiffage, ante la negativa de ésta de que participase en su consejo de administración y de la Comisión de Valores francesa de impedir una OPA. Taguas, en representación del Gobierno español, envió una carta a la Embajada francesa en Madrid en la que se quejaba del trato y del ‘patriotismo’ mostrado”.
Sería muy ingenuo pensar que Rodríguez Zapatero se encuentra al margen de estas circunstancias. Su Gobierno será, en definitiva, quien permita o no en última instancia el fichaje de Taguas, pues será necesario un informe favorable de la Oficina de Conflictos de Intereses, dependiente del Ministerio de Administraciones Públicas. Sin embargo, el Ministerio ha avanzado ya su criterio favorable a la compatibilidad del nuevo cargo de Taguas al considerar que SEOPAN (el lobby constructor que presidirá) “es una asociación sin ánimo de lucro”. Todo a la medida, oigan.
Suele decirse que todos los ciudadanos del mundo tendríamos que poder participar en la elección del Presidente de los Estados Unidos. Nosotros, los españoles, quizás deberíamos de poder participar en la elección del presidente de SEOPAN. Al fin y al cabo la mafia de la construcción no es más que una asociación sin ánimo de lucro. Alguien tenía que decirlo.
4 comentarios
Curiosa -
Federico de Coburgo -
Socia de Apudepa -
Curiosa -