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Don Juan Moneva y su casa en la calle Sanclemente

Don Juan Moneva y su casa en la calle Sanclemente

Casa de  Don Juan Moneva en Sanclemente 12. Zaragoza. Foto Apudepa 2008. Invitados por Heraldo de Aragón, Apudepa preparó el texto que presentamos a continuación, publicado en su edición de 25 de agosto de 2008, junto al artículo “Una herencia impide al colegio Miraflores vender la Casa Moneva hasta dentro de 40 años”.

Hace unos días defendíamos desde APUDEPA la figura intelectual de Don Juan Moneva  y la importancia histórica de su casa situada en la calle Sanclemente nº 12. La lectura de sus “Memorias” nos da el perfil de un varón cristiano, intelectual e independiente.

Juan Moneva y Puyol (Venta de Pollos, Zamora, 1871-Zaragoza, 1951) residió en Zaragoza desde 1878: calle del Temple nº 17, Manifestación y  Sanclemente 6   (desde 1905), por enfrentamiento con el arzobispo-cardenal Soldevilla al oponerse como catedrático de derecho canónico a la venta de los tapices de la Seo que aquel había fraguado (negocio felizmente no consumado). Moneva decidió entonces  “trasladarse” a la diócesis  de Huesca, a la que pertenecía la calle Sanclemente en la  parroquia de Santa Engracia. Por el  plano de Dionisio Casañal de 1911 sabemos que la vivienda era más amplia y  que tuvo que ser adaptada en 1925 a la nueva alineación de la calle,  adaptación arquitectónica que ahora sabemos –lo dice Don Juan en sus Memorias- diseñó su propio hijo, el joven arquitecto Jaime Moneva (1903-1929).

La fachada es fiel reflejo de la personalidad de Moneva, un hombre del siglo XIX que detestaba la construcción en serie, como escribía en el texto aludido, de ahí que su vivienda neorenacentista represente el canto del cisne de los exitosos historicismos decimonónicos. Su casa es también la de un cristiano como vemos en la cerámica de San Jorge de la fachada y el anagrama de la mirilla de la puerta con la siglas de Cristo, el alfa y la omega; también es la de un intelectual pues según nos ha manifestado un sobrino que vivió acogido en sus casa, José Mª García Leániz, Don Juan se refugiaba en su magnífico despacho de gran chimenea, con vistas al jardín, acompañado de sus ficheros de trabajo y blasones familiares.

La casa está catalogada de interés arquitectónico por el Ayuntamiento de Zaragoza y debe preservarse íntegramente por los valores materiales e inmateriales que representa. Opinaba Don Juan aludiendo a los palacios de Zaragoza derribados: “el más entusiasta demócrata, si es político inteligente, reconocerá que esa falta de receptividad social de Zaragoza, a Zaragoza más que a nadie perjudica”.

Belén Boloqui Larraya y Carlos Bitrián Varea son miembros

 de la Junta de Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés

 

8 comentarios

Teresa -

Que poco sabéis de este señor, alucino con la ignorancia de la gente. Que derecho hay, me pregunto yo, a opinar de lo que no se sabe..

Vecino -

Me encanta esa vivienda, qué pena no adaptarla para el turismo. Me gusta especialmente el azulejo que representa a San Jorge, con la inscripción "Sant Jordi". Claro que sí, el catalán también es una lengua aragonesa.

Jolin -

a D. Juan Moneva ... le horrorizaban los modernos pisos en altura.
¡Que argumento tan emotivo!
¡Que facil es decir a otros lo que tienen que hacer con lo suyo!

Blog de Apudepa -

En relación a nuestro anterior comentarista nos alegramos coincidir en el valor del edificio con su jardín y en el deseo que el conjunto de que se conserve.
De la otra parte de su comentario ahí ya discrepamos. En cuanto a los propietarios, religiosos (Opus Dei), conviene recordar que los dos edificios han sido regalados vía herencia por la familia Moneva (Sanclemente 12 y 14), con la condición que no se vendan en 50 años. Así que eso que dice Vd. que “quien simplemente quiere vender…”. Sencillamente no pueden vender como ya lo demostró Heraldo de Aragón con documento notarial incluido en imagen. En cuanto a la especulación urbanística se da, tal como y se deduce del párrafo anterior, y la propuesta de elevar varios pisos más, dándose una horrorosa sobreexplotación del espacio, por lo que parece evidente que se va a destrozar todo esa zona del barrio de Santa Engracia. En ese ámbito le vamos a contestar con las palabras textuales del fiscal del medio ambiente Ángel Núñez: "En el aspecto urbanístico queda mucho camino por recorrer, por¬que todavía estamos anclados en ciertas concesiones decimonónicas del derecho de propiedad: éste es mi terreno y yo aquí construyo lo que quiero. No se toma en cuenta que eso tiene una trascendencia social para todos, porque el medio ambiente es un derecho de todos. Aquí ha sido muy duro conseguir que los tribunales vayan aceptan¬do nuestros planteamientos, que en definitiva son los de aplicar los tipos penales que el legislador es¬tableció en 1995 (véase en este Blog El Lado Verde de la Ley IV). Ahora bien, la pregunta más elemental nos parece la siguiente, ¿cómo el PGOU de Zaragoza permite elevar semejantes alturas en esa zona si además estos edificios están protegidos por el ese plan como de interés arquitectónico y de interés ambiental respectivamente? En fin, nosotros creemos que esta comunidad religiosa debería estar pero que muy satisfecha del legado recibido y estar en sintonía con el espíritu de D. Juan Moneva y su familia que para eso recibieron el beneficio, y no con los del lado crematístico-especulador, tan ajeno a Don Juan, a quien por cierto, como ya comentamos en nuestro artículo de Heraldo, le horrorizaban los modernos pisos en altura.

La Verdad -

Estoy de acuerdo en el comentario. La zona ganaría si se mantuviera el edificio actual y, ¿por qué no?, si se recuperara el jardín interior -que es un oasis en el centro- y se permitiera su acceso público a él.

Pero no me parece correcto llamar especuladores inmobiliarios a quien simplemente quiere vender lo que tiene por el máximo valor posible, ¿o es que cada uno de nosostros no intentaría sacar el mayor valor posible a este edificio?. La función de las AA PP es velar porque se cumpla la ley mientras los particulares ejercen sus derechos. No podemos exigir a los particulares que tengan un comportamiento heróico autoinfligiéndose perjuicios económicos.

Sara -

Esta casa me parece una de las mas hermosas que hay en todo el entorno del paseo de la Independencia.
Me parece mentira que a pesar de estar protegida se la quiean cargar y dejar solo la fachada. Es una vergüenza. La EXPO 2008 tenía como lema AGUA Y DESARROLLO SOSTENIBLE, si de verdad nos creemos lo de la sostenibilidad, la deberíamos asumir no solo con respecto al agua sino también al urbanismo de nuestras localidades, impidiendo que los intereses de unos especuladores inmobiliarios se carguen el patrimonio cultural.

Blog de Apudepa -

No es fácil responder su pregunta Dª Carmencita porque era una personaliad compleja. Don Juan Moneva era un intelectual, escritor, respetado pero poco comprendido en Zaragoza. Más que entender su grandeza de corazón era tenido por persona excéntrica, rara y se temían sus salidas y frases certeras. D. Juan era cristiano y conservador, romántico y liberal en muchas ideas. Su pensamiento lo defendía por encima de todo aunque se encontrase en franca minoría. No comprendió la personalidad de Goya pero profesaba ideas avanzadas en pedagogía. Era contrario a que se pegase a los niños y mantenía que los jóvenes debían seguir sus propias inclinaciones a la hora de elegir su futuro. Era partidario de que las mujeres estudiasen si era su gusto. Desconocemos si Zaragoza honra su figura con un monumento pero debiera tenerlo.

Carmencita Descalza -

Se nota que están ustedes muy documentados sobre este personaje singular que yo desconocía por completo. He entrado en algunas páginas web. Y querría preguntar a los autores del escrito (alguno de ellos se ha leído las memorias seguro) si no les parece que se trata de un personaje algo carca, conservador. Retrógrado en definitiva. Dicen que solamente se codeaba con la alta burguesía. Les agradecería que me dijeran algo al respecto. Muchas gracias como siempre y saludos cordiales.