Foto Blog torreviejadigital.com. El arte es vida. El arte que no llega al pueblo no es arte. Así de rotundo se expresaba ya el joven Josep Renau (1907-1982). La vida y obra del joven Renau en España, antes y después de su exilio (1927-1982), se expone en el Paraninfo de la Universidad de Zaragoza. Fue hijo de un brillante restaurador de obras de arte y académico de bellas artes de la de Valencia.
Por muchas razones se trata de una exposición imprescindible la del Paraninfo (hasta el 11 de enero). Comisariada por Jaime Brihuega, a Renau le debemos durante la guerra civil, entre otras cosas, la colaboración de salvaguarda que hizo de nuestro Tesoro Artístico Nacional a través de la creada Junta Central del Tesoro Artístico y la Junta de Incautación y protección del Tesoro Artístico Nacional de la Segunda República durante el periodo de la guerra civil. ¿Qué hubiese podido ser de nuestro Tesoro Artístico Nacional sin una figura de la talla y clarividencia como la de Josep Renau? ¿El bando nacional hubiese podido llegar a bombardear el Museo del Prado? Nunca lo sabremos. Renau y un amplio equipo no les dieron oocasión. Hicieron sacar lo mejor del Prado ( y de otros muchos palacios).
Fue Renau artista (gran cartelista), intelectual y persona comprometida con la II República española. Joven de ideas muy avanzadas, afiliado al partido comunista e intelectual clarividente y comprometido. Director General de Bellas Artes (1936-1938) durante su cargo montó y organizó el famoso y modernísimo Pabellón de España en París (1937), el mejor aparato de propaganda que la república que pudo montar a nivel internacional; creó la Orquesta Nacional; nombró a Picasso Director Honorífico del Museo del Prado (cargo que el artista aceptó inmediatamente) y participó en la salvaguarda del Tesoro Artístico Nacional. En el Paseo del Prado se organizó la cubrición, con sacos terreros y muros de albañilería, de las alegóricas Fuente de la Cibeles y Neptuno, entre otras. Las bombas no pudieron con las emblemáticas obras del reinado ilustrado de Carlos III.
La humillante realidad social de los continuados bombardeos aéreos del bando nacional a las ciudades republicanas (Madrid, Barcelona, Málaga, Teruel, Belchite, valle del Ebro, Oviedo, Guernica…), llevó a Josep Renau a la acción directa consciente del incalculable valor histórico artístico, económico, educativo y de civilización de nuestras obras más señeras a nivel mundial. Como consecuencia de sus vitales decisiones lo más importante de nuestro Patrimonio Nacional, ubicado en palacios y museos, fue minuciosamente controlado, fichado, embalado, trasladado y protegido y en este orden de cosas las más señeras obras del Museo del Prado, entre otras muchas, pasaron al propio tiempo que el gobierno de la república a la Torre de los Serranos de Valencia a finales de 1936 ( torre que fue debidamente reforzada y protegida para la ocasión) y de ahí a Barcelona (1938), con el nuevo exilio del gobierno republicano, y seguidamente a Ginebra para ser expuestas en el seno de la Sociedad de Naciones en 1939. Como ya estaba previamente concertado entrer Ginebra y el gobierno de la República, con el triunfo de los militares la colección volvió a España en 1941.
En conclusión, Renau es una exposición imprescindible para hacer justicia a la vida de un personaje entregado a unos hechos desarrollados durante la Segunda República todavía escasamente conocidos a nivel general, periodo en el que los vencedores se encargaron de silenciar y machacar los logros republicanos y realzar sus desaciertos. ¿Cuántas veces no hemos oído hablar de la quema de iglesias y conventos por los anarquistas? Las hubo, cierto, de alguna forma podría considerarse lógico ( pero no deseable) en un país donde estaba instalada la injusticia social y en consecuencia la miseria y la incultura. No es menos irrefutable que se dieron los citadosm y abundantes bombardeos aéreos por el bando nacional, desparramando el miedo, la destrucción y la muerte por doquier. Renau no murió fusilado pero vivió exiliado casi de por vida: 1938-1976. Los últimos años alternó su vivienda entre el país valenciano y Berlín, donde falleció en 1982. Allí está enterrado. Descanse en paz. Josep Renau fue un buscador y nunca logró encontrar su sitio en España, ni en la República ni tampoco en la recién etapa inaugurada de la Constitución, la España democrática en la que estamos instalados. ¿Qué pensaría Josep Renau del actual y desaforado capitalismo de la globalización?
Conocer y documentarnos es imprescindible; juzgar por uno mismo el dolor que ese periodo conllevó, y todavía conlleva, en el corazón de los españoles, y en especial de los vencidos, represaliados y olvidados que hoy día en buena parte representan las Asociaciones para la Recuperación de la Memoria Histórica y el propio juez Baltasar Garzón. Sólo el debate y las acciones contra el citado juez que se acaban de orquestar en el propio seno del poder judicial ( denuncia de su "amigo" el fiscal jefe de la Audiencia Nacional Javier Zaragoza) dan alguna medida de lo que aquí planteamos.
La maqueta del que fue pabellón Español en la Exposición de París de 1937, y una película narrando el pensamiento, obra y acción de Josep Renau, basada en sus propios textos, son fundamentales para cerrar un recorrido de reflexión y arte. La película de 20 minutos y realizada para la ocasión nos ha resultado excelente.
Tras este primer apartado, la exposición continúa con una extensa producción de su etapa mejicana (1939-58) y berlinesa (1958-1982), concluyendo con un escalofriante documental de guerra titulado algo así como "Vd. vive aquí", es decir, que la guerra en su acepción más denigrante y macabra, la muerte acompañada de crueldad, campa en estos momentos por doquier. La rica occidente no se entera, como tampoco lo hicieron nuestros intelectuales de la II República al no darse por aludidos de lo que en aquella década de 1930 se estaba fraguando en España. El joven Josep Renau fue una excepción a ese posicionamiento lánguido y acomodaticio de las élites culturales de nuestro país.
APUDEPA, ante la relevancia de esta figura para nuestro patrimonio nacional, organizará una visita antes del 11 de enero, día de su cierre. A su tiempo, lo comunicaremos a nuestros socios y amigos del patrimonio y la colgaremos en nuestro blog.
Más sobre Fuentes Documentales sobre Tesoro Artístico durante la Guerra Civil en el IPHE (artículo muy bien documentado) y Heraldo de Aragón (en relación al acto doepresentación de esta exposición en el Paraninfo Universitariode Zaragoza)