APUDEPA visita la Ermita hundida en Torrijo de la Cañada (Zaragoza)
Fotografía Apudepa, 23 de febrero de 2008. La ruina anunciada y la ineficacia de la Administración. Ya conocen ustedes ese dicho: “el uno por el otro y la casa sin barrer”. El desplome de la Ermita de la Virgen en Torrijo de la Cañada en la Comunidad de Calatayud es la crónica de una muerte anunciada en la que los actores, la Diputación General de Aragón, la DPZ, y la Comarca, el Ayuntamiento y la iglesia sabían que eso iba a ocurrir. El tejado de doble vertiente cubierto con teja árabe estaba, y está, en malísimas condiciones. Una vez más Apudepa comprueba que el patrimonio arquitectónico aragonés está sujeto a la desidia, ignorancia e incomprensión más absoluta. La situación es apremiante y alarmante.
Apudepa, al tener conocimiento por la prensa (Heraldo de Aragón), ha visitado la Ermita de la Virgen de Torrijo de la Cañada, para comprobar el hundimiento de su cabecera y estudiar las medidas que, en el margen de sus posibilidades, resulten pertinentes. La fábrica insertada en el caso urbano, en la ribera derecha del río Manubles, es una interesante construcción del siglo XVI de una sola nave de cuatro tramos cubierta con bóvedas de crucería estrellada con plementos de formas diversas y un presbiterio barroco (siglo XVII) cubierto con cúpula y linterna. El edificio es un recinto de muros enlucidos y de ladrillo que presenta sencilla portada en arco de medio punto y remate en espadaña. Al parecer, su autoría se debe al arquitecto Juan Marrón, maestro de obras conocido en la zona de Calatayud y Daroca.
Afortunadamente, el desplome parcial del edificio afectó sólo a una calle pública de escaso tránsito (zona de huertas) y a una vivienda, causando afecciones colaterales leves. La zona hundida de la cabecera (zona del presbiterio) responde a un añadido en tapial de finales del siglo XVII que se cubría con un sencillo cimborio y tambor. La ermita, que se hallaba vacía de sus bienes litúrgicos, y en proceso de ruina desde hace años, no cuenta con catalogación municipal ni autonómica, al no formar parte del Censo General del Patrimonio Cultural Aragonés, a pesar de su innegable interés arquitectónico.
El hecho de la ruina en sí y las injustificadas ausencias en el catálogo demuestran, una vez más, la ineficacia manifiesta de la administración que nos gobierna y especialmente del Departamento competente en materia de Patrimonio Cultural de la Diputación General, primer y último responsable de la conservación de los edificios de interés histórico-artístico en Aragón, como es el caso del que nos ocupa. No es aceptable que en el siglo XXI se hundan edificios históricos cuando, además, el hecho era muy previsible: el deterioro era público y notorio, tan evidente que en el verano del año 2007 se habían cruzado cartas entre el Ayuntamiento de Torrijo y el obispado de Tarazona alertando sobre el grave asunto de la ermita que nos ocupa, lo que dio lugar a la intervención de la Diputación de Zaragoza con un informe del Área de Cultura y Patrimonio ineficaz hasta tal grado que lo hace difícilmente justificable. A la DPZ le hubiese correspondido dar en ese momento, agosto del 2007, la única consigna eficaz que hubiese evitado su parcial colapso estructural: apuntalamiento general del edificio tanto por dentro como por fuera. ¿Por qué no se ordenó el apuntalamiento? ¿Por qué se limitó a consignar que no estaba catalogado y que se vallase el entorno a fin de proteger a las personas? ¿Por qué como única medida de protección real para la fábrica se dictó un apuntalamiento puntual en uno de los pilares de la cúpula? ¿Por qué el informe técnico de la DPZ no dio al edificio la importancia que requería?
Apudepa también desea hacer constar que los ayuntamientos no están exentos de responsabilidad, porque están obligados a hacer valer las prerrogativas que les otorga la ley urbanística dado que para eso están las correspondientes órdenes de ejecución de obligado cumplimiento por parte del propietario (en este caso el obispado de Tarazona). Es evidente que estas cosas no ocurrirían tan apenas si se llevasen a efecto obras desde el momento que se divisase el menor fallo constructivo, evitándose derrumbamientos anunciados y no deseados (casi siempre el origen de la ruina se origina como consecuencia de la mala conservación de la cubierta).
Esta Asociación recuerda que la Iglesia Católica, como propietaria casi absoluta de los edificios religiosos, está obligada a mantener todos los edificios catalogados en el Censo General del Patrimonio Cultural, y que en el caso de que no estuviesen, dado el innegable interés histórico de todas sus propiedades, están obligados moralmente a mantener sus fábricas, bien es cierto que la iglesia, siempre conservadora de sus bienes (más culta que la sociedad civil), no ha propiciado jamás los derribos en sus propiedades. En todo caso, los propietarios están obligados a mantener en todo momento (Ley Urbanística de Aragón) el decoro y el buen estado estructural y constructivo de los edificios.
Esta Asociación desea hacer constar que en Torrijo de la Cañada se han iniciado conversaciones para evitar más daños, de tal forma que la ruina no vaya a más y se van a iniciar de forma inmediata acciones preventivas para evitar el colapso total de la ermita. Ya existen acuerdos verbales para desescombrar y apuntalar todo el interesante edificio del siglo XVI y también se contempla la cesión de uso de la ermita al pueblo, ya barajada en conversaciones anteriores y en un escrito de agosto del 2007, pero sin que hasta ahora se hubiese llegado a un acuerdo definitivo.
Ante los hechos descritos, Apudepa insta al departamento de Patrimonio de la DGA a que cumpla tres “REGLAS DE ORO” para unas buenas prácticas en patrimonio cultural:
· Poner en marcha una profunda REVISIÓN-AMPLIACIÓN DEL CONTENIDO DEL CENSO GENERAL DEL PATRIMONIO CULTURAL ARAGONÉS, estableciéndose para tal efecto equipos técnicos multidisciplinares por comarcas; participación científica, técnica y social; rigurosos criterios preestablecidos de análisis y difusión generalizada en folletos divulgativos del urbanismo más interesante y tipologías arquitectónicas y sus elementos principales.
· Fomentar la CULTURA DEL MANTENIMIENTO entre la propia administración y los propietarios (iglesia y particulares), dado que es lo más eficaz y saludable desde el punto de vista del valor histórico artístico del edificio (conservar la obra original), lo más económico y lo más rentable socialmente.
· PRIORIZAR en los presupuestos anuales de estos próximos años LOS EDIFICIOS QUE PRESENTEN RUINA, situándose en cabeza los que amenazan colapsos inmediatos de sus fábricas. Esta prioridad se mantendrá hasta que todos los edificios estén a salvo. Se iniciará una campaña de “STOP A LOS EDIFICIOS HUNDIDOS”.
En cuanto a los Ayuntamientos, APUDEPA insta a que:
· En el supuesto de que un edificio histórico presente problemas de conservación los AYUNTAMIENTOS DEBEN DE PROCEDER A DICTAR LAS ÓRDENES DE EJECUCIÓN OPORTUNAS (tal y como fija la Ley) PARA LA SUBSANACIÓN DE DICHOS PROBLEMAS. En el caso de que amenace ruina debe procederse al apuntalamiento urgente por personal competente.
· Los Ayuntamientos y las iglesias parroquiales deben alentar a los vecinos a mantener antiguas buenas prácticas, las PEONADAS VECINALES, históricamente mantenidas por los pueblos para solucionar sus problemas más acuciantes. Conservar el tejado de los edificios históricos, retejar y limpiar de maleza, son dos acciones sencillas que evitarían muchos males futuros y cuantiosos gastos que no nos podemos permitir.
· DPZ, Comarcas y Ayuntamientos deben de iniciar la campaña: “COLABOREMOS TODOS A LA CONSERVACIÓN DEL PATRIMONIO. LA MEMORIA HISTÓRICA NOS PERTENECE”.
En Torrijo de la Cañada forma parte del Censo General del Patrimonio Cultural Aragonés el castillo de origen medieval y un torreón que tienen la categoría de Bienes de Interés Cultural (BIC). Sin embargo, no figuran dos de los monumentos más importantes, la iglesia parroquial y la de San Juan Bautista, monumentales construcciones relacionadas con el último gótico (siglos XV y XVI). Tampoco está catalogados el puente sobre el Manubles, ni algunas casonas tradicionales del casco histórico, ni tampoco la zona alta del pueblo con sus eras y bodegas antiguas, arquitectura popular de indudable interés. Tampoco el edificio del Ayuntamiento, interesantísimo ejemplo de porte clasicista. El Ayuntamiento debería proceder a la inmediata catalogación del pueblo como MONUMENTO DE INTERÉS LOCAL y propiciar ante la Diputación General las catalogaciones monumentales antes citadas (BIC).
Por otro lado, la comarca tampoco puede permanecer ajena a un proceso que debidamente consensuado colaboraría al desarrollo de unos pueblos que necesitan el apoyo de todos para sobrevivir y relanzar sus olvidadas riquezas históricas y medioambientales que pocos conocen. Eso es desarrollo rural. Lo demás es expolio.
APUDEPA
22 de febrero 2008
9 comentarios
supra shoes -
jordan shoes -
Cheap Jordan shoes -
chanel replica watches -
Agapito Pilares -
Tiene de malo o de bueno que para trabajar en tejados de terceros hasta la escalera de subir al tejado, si alcanza, tiene que ser reglamentaria y si hacen falta andamios hay que tener el correspondiente carnet de montador de andamios, para estar seguros. Resumiendo: que peonadas para reparar o mantener tejados no es lo mismo que peonadas para arreglar una acequia o limpiar el monte.
Les animo, eso si, a que ayuden al Ayuntamiento a que proceder a la inmediata declaración de todos sus edificios que merezcan el titulo de bien de interés cultural a que ya este los declare como bienes de interés local.
Vamos....y a que no paren Uds. ahí, que hay muchos mas pueblos en Aragón con muchos mas monumentos y bienes del patrimonio aragones dejados de la mano de todos, y además cerca de Torrijo.
Creo que hasta seria interesante algún tipo de documento o documentos para que los propios vecinos o amantes de esos bienes puedan solicitud a los Ayuntamientos esa declaración. ¿Que les parece?
Blog de Apudepa -
En cuanto a lo de las peonadas es una propuesta que tiene sentido porque estamos hartos de oir a la administración que tenemos demasiado patrimonio. Eso no es así, es una barbaridad decir eso porque tenemos lo que nos ha legado nuestra historia y como tal estamos obligados a preservar. Ahora bien, es cierto que tal y como está conservado nuestro patrimonio la administración no puede llegar a su recuperación y urge hacerlo como se puede comprobar. Recuperar el sistema de peonadas para usos tan nobles como este es una opción plausible lo que hace falta es volver a transmitir a los vecinos la necesidad. Recuperar la tradición. Las comarcas, ayuntamientos e iglesia podrían hacer su papel en esa concienciación. Qué tiene de malo unas peonadas para limpiar tejados: reponer tejas rotas; limpiar canaleras; desalojar malezas, elementos todos ellos que con el paso del tiempo crean enormes gastos en el mantenimiento de los monumentos.
En cualquier caso, Agapito Pilares, es una propuesta. Seguro que hay muchas más. Le invitamos a que lo haga en este, nosotros lo que deseamos es que haya soluciones razonables a corto, medio y largo plazo porque Apudepa nunca se olvida de los pueblos pequeños aunque Torrijo fuese en otros tiempos pueblo importante.
Agapito Pilares -
Lo que no me parece ya tan bien es que, ahora, el ecónomo de la diócesis de Tarazona, José María Cerralbo, y según dice la noticia del Heraldo, u otros, se ponga, ahora, en contacto con la presidenta de la comarca de Calatayud, Carmen Herrero, para impulsar un acuerdo con el Ayuntamiento de Torrijo de la Cañada sobre el uso que se le puede dar a lo que queda de esta construcción. O sea, ahora, además, a trapicherar con las ruinas, el derribo y el solar. Y esto ultimo ya no me parece tan bien si al final los paganos son los de siempre, como siempre.
Desde el Blog de APUDEPA -
Agapito Pilares -