Reacciones al rebaje de la solera del Puente de Piedra y a la posible destrucción del claustro de San Lázaro
APUDEPA recopila, para los lectores del Blog, las reacciones a los proyectos de Expoagua, el Ayuntamiento y la Diputación General para el Puente de Piedra y el yacimiento arqueológico del Balcón de San Lázaro, dos conjuntos histórico-artísticos con mucha relación entre sí, como se aprecia en la imagen. Se trata, quizás, de una de las zonas más monumentales de Zaragoza (Convento de San Lázaro, Puente de Piedra, Pilar, Lonja, Seo, Ayuntamiento...). Zaragoza se juega demasiado para que solo importen las prisas.
Jerónimo Blasco, Director General de Operaciones de Expoagua. (Heraldo, 26 de julio de 2007)
Jerónimo Blasco, confirmó ayer la información adelantada por HERALDO sobre los proyectos de navegabilidad, aunque aseguró que "la solera del puente es un añadido posterior que carece de valor patrimonial y, además, está muy degradada en el ojo donde se plantea el rebaje". En ese sentido, argumentó que "la Comisión Provincial de Patrimonio Cultural ha aprobado el proyecto porque entiende que el monumento no resulta afectado con la actuación que se propone".
José Manuel Pérez Latorre, arquitecto (Heraldo, 26 de julio de 2007)
José Manuel Pérez Latorre, arquitecto que dirigió la última restauración del monumento, en 1991, aseguraba ayer que en aquella reparación de la alcántara "no se tocó para nada la solera", lo que le induce a pensar que "lo más probable es que tenga un origen medieval".
APUDEPA (Heraldo, 26 de julio de 2007)
APUDEPA (Acción Pública para la Defensa del Patrimonio Aragonés) señalaba ayer en un comunicado que "resulta evidente que la obra que se quiere llevar a cabo no busca la recuperación de la obra original, por lo que debe concluirse que no se adapta a lo que debe hacerse en un Bien de Interés Cultural". APUDEPA califica de "frivolidad mayúscula" lo declarado por el director general de Patrimonio, Jaime Vicente. Y se pregunta: "¿Puede removerse la solera (del puente) por el hecho de no ser visible? ¿Es ese el rigor con el que trabaja el señor Vicente Redón?".
Belén Boloqui, historiadora del arte (Heraldo, 26 de julio de 2007)
De idéntica manera piensa la historiadora Belén Boloqui, miembro de APUDEPA. "Esa solera es antigua, y forma parte del puente".
Isabel Falcón, historiadora, especialista en la Zaragoza del XV (Heraldo, 26 de julio de 2007)
Para Isabel Falcón "el puente tuvo una importancia fundamental en la historia de Zaragoza. Aunque antes ya había puentes para cruzar el Ebro, durante mucho tiempo fue el único de piedra que permitía el paso. Habría que estudiar la documentación existente para saber de cúando es ese empedrado. Yo, desde luego, pienso que puede ser antiguo, aunque no tengo documentos que lo prueben. En cualquier caso, de hace veinte años no es".
Jesús Liz, profesor de la Universidad de Salamanca (Heraldo, 26 de julio de 2007)
Menos taxativo se mostraba el profesor de la Universidad de Salamanca Jesús Liz, que estudió el puente hace una veintena de años. "Creo que, en realidad, la mayor parte de lo que vemos actualmente del Puente de Piedra es relativamente moderno. Y es que las riadas han causado tantos daños que se ha tenido que reconstruir en varias ocasiones".
Isaac Moreno, estudioso de la ingeniería antigua (Heraldo, 26 de julio de 2007)
Isaac Moreno considera que "lo más probable es que en su día se hiciera una cimentación corrida", sobre la que se dispondría el empedrado que se quiere rebajar y que, a su juicio, "seguro que se realizó para provocar un “efecto azud”, para laminar el agua y evitar que se formaran turbulencias y remolinos, que son los que socavan los cimientos y puntos de apoyo del puente".
Carmen Gómez Urdáñez, historiadora del arte (Heraldo, 26 de julio de 2007)
La historiadora del arte Carmen Gómez Urdáñez fue rotunda: "El puente es Bien de Interés Cultural, y poco más hay que hablar. No se puede declarar BIC un monumento y luego hacer con él lo que nos da la gana. El puente, además, es una parte muy sustancial de la historia de la ciudad, y creo que los zaragozanos no nos podemos permitir ninguna alegría con él. El de Piedra, como todo puente, tiene una parte visible y otra que no lo es, pero ambas forman una estructura completa. Ya está bien de saltarse las leyes".
Editorial “Heraldo de Aragón” (Heraldo, 26 de julio de 2007)
Patrimonio despreciado. El respeto por el patrimonio cultural debería ser a estas alturas de la historia, de la democracia y de autonomía, un valor firmemente arraigado en la sociedad y en nuestras instituciones. Sin embargo, el patrimonio aragonés no deja de verse sometido a agresiones, deterioros y amenazas, en ocasiones incluso por parte, precisamente, de quien más obligado está a defenderlo.
A casos preocupantes y sintomáticos que se arrastran desde hace tiempo, como el del Teatro Fleta o el del edifico de la Escuela de Artes, ambos en Zaragoza, se suman nuevas causas de temor que parecen acumularse en los últimos días. En la capital oscense, se anuncia la continuación de una política urbanística que parece despreciar y condenar a la destrucción edificios singulares y objeto de aprecio popular, que conforman en buena medida la personalidad y el ambiente de la ciudad. En Zaragoza, acaba de saberse –sin previo aviso- que, al objeto de que los barquitos turísticos puedan navegar por el Ebro, no bastará con el azud, cuya construcción se proyectó con ese fin, sino que habrá que alterar parte de la estructura sumergida del Puente de Piedra, con siglos de antigüedad y acaso de época medieval, en una intervención que se presenta como menor pero que resulta significativa de la preocupante falta de previsión con la que se encaran algunos proyectos. Y, mientras tanto, en la provincia de Teruel, el Adif derriba las estaciones ferroviarias de Navarrete y Cuencabuena, interesante y encantadores ejemplos de arquitectura industrial debidos a Luis Gutiérrez Soto y a Secundino Zuazo, víctima ya de la piqueta en sus arrasadas casas racionalistas de la zona de la calle de Santa Teresa, de Zaragoza. En todos estos casos, la responsabilidad compete a instituciones y organismos públicos. La alerta de los expertos ante los despropósitos en marcha debería surtir algún efecto, incluso si los relevos en las instituciones y las vacaciones facilitan más que de costumbre los malos tratos a un patrimonio insustituible.
Juan Domínguez Lasierra, periodista (Heraldo, 26 de julio de 2007)
No se por qué se andan con tantas chiquitas... ¿Que molesta el puente? Pues se tira. Total, semejante antigualla, que no hace sino estorbar tantas iniciativas náuticas como se nos van ocurriendo y que no hay forma de hacer realidad por culpa de ese montón de piedras viejas...
Además, que ni es romano ni nada, que si al menos fuera romano, que total no debe tener más allá de cuatro o cinco siglos y si es un símbolo de Zaragoza pues se pone otro y andando, que ya es hora que se vayan buscando símbolos más modernos...
Lo que importa es que haya barcos, o barcas, que se paseen arriba y abajo, y abajo y arriba, con sus banderitas y sus turistas, que aunque no haya agua, tampoco importa, y si no, que se saque del Canal, o de Yesa, o se cambia el cauce del Gállego... Siempre hay soluciones. Somos tan imaginativos, se nos ocurren tales cosas..., aunque eso sí, hemos de reconocerlo, a veces improvisamos un poco, porque si hubiéramos pensado un poco mas, cinco minutos al menos, y hubiéramos considerado las circunstancias del río, por ejemplo la situación del puente, por ejemplo el calado de los barcos, por ejemplo el nivel del cauce, por ejemplo la sequía canicular..... pues, a lo mejor, tal vez, no hubiéramos pensado en hacer navegable el Ebro, que por eso hace tantos años que por aquí solo navegan barbos ( que en realidad son maderos de Utebo) y alguna piragua que otra, pero esas son capaces de navegar en una piscina, pero barcos, lo que se llama barcos, o barcas, con sus turistas y sus banderitas, como en el Támesis o en el Sena, que lindos los "bateaux mouche", hay que remontarse muy lejos, por ejemplo al tiempo de los romanos, que por algo tenemos restos de un puerto fluvial de aquella época, que, por cierto, que también son un montón de piedras y no se que hacen allí, estorbando, molestando, cuando podrían haberse levantado tantos cientos de pisos, y es que las piedras viejas, con eso de tener solera, como algunos puentes, no hacen sino molestar...
Enrique Mored, periodista (Heraldo, 26 de julio de 2007)
Campeones de la chapuza. Cuando las cosas se hacen mal, enderezarlas luego cuesta infinitamente más que hacerlas bien desde el principio. Y en el tema de la navegabilidad del Ebro, el alcalde y sus colegas de la Expo llevan camino de convertirse en campeones de la chapuza. Para empezar, el azud, que iba a pagar una empresa privada y no iba a costar un euro a la ciudad, vale –que se sepa- la nada despreciable cifra de 27,2 millones y por el momento no hay más pagador que el erario. Para seguir, esa infraestructura iba a garantizar un Ebro navegable y ahora restulta que hay que dragar el cauce y reventar un tramo de la solera del puente de Piedra para que puedan pasar las “exponaves”, que tienen más calado que profundidad el río. La alegre y optimista sociedad Expoagua –a la que la ciudad y su historia, por lo visto, le importa un pito- está dispuesta a intervenir de forma traumática sobre uno de los elementos más monumentales de Zaragoza con la aquiescencia de Dirección General de Patrimonio de la DGA. Alguien debería parar la chapuza antes de que se convierta en desastre.
Carlos Blázquez, escritor y experto en obras hidráulicas (Heraldo, 27 de julio de 2007)
La solera del puente de Piedra está documentada como elemento de la infraestructura, al menos, desde 1775. El escritor y experto en obras hidráulicas Carlos Blázquez explica que ese año hubo una gran riada en la que el agua entró en la calle Predicadores. "Se culpó de esa virulencia de la avenida a la solera, porque hacía de dique, y se ordenó rebajarla una altura aproximada de un metro", explica.
Este experto comenta que, además, fue preciso reparar la cimentación y el enlosado del zócalo, algo que ya había sucedido en 1720. Con las modificaciones posteriores que se produjeran (el mantenimiento del puente era una tarea continua y costosa), el diseño actual de la solera responde al de finales del siglo XVIII. Al igual que ayer hicieran otros expertos e historiadores, Blázquez destaca que la solera "es un elemento indisoluble del puente, seguramente está desde el primer momento que se hizo, aunque luego se haya modificado".
Cuando había que construir un puente sobre un río con el lecho limoso o de gravas, sin roca firme donde asentarlo, se hacía un zampeado, que consistía en clavar maderos (en este caso de sabina) en el fondo como pilotaje de los cimientos. La acción del agua tendía a socavar ese zampeado y la cimentación, por lo que se recurría al enlosado de toda la base para crear un efecto de azud que suavizase el paso del río y limitase su poder erosionador.
José Luis Trasobares (El Periódico de Aragón, 26 de julio de 2007)
Zaragoza es una urbe de largo e intenso pasado (también glorioso, aunque suene un poco cursi); así que no tiene nada de particular que cualquier excavación saque a la luz restos de tanta y tan larga historia. Pero ocurre también que en los últimos decenios Zaragoza se ha enamorado de los derribos y el hormigón, por este orden. La construcción mueve pasiones, anima la política, crea fortunas y marca nuestro destino. Tiendo a pensar que los Sitios de la capital aragonesa (cuyo bicentenario también se conmemora en el 2008, no se olvide) despertaron una enfermiza atracción del vecindario por la sistemática destrucción y reconstrucción de su ciudad.
Sea por lo que fuere, en este lugar al que amo con verdadera pasión (y por eso a veces me cabrean sus cosas) hay una contradicción esencial entre la abundancia arqueológica y el compulsivo deseo de ver trabajar grúas, excavadoras y hormigoneras. Una y otra vez llegan las máquinas, lo ponen todo patas arriba para levantar algún valioso edificio o alguna plaza o avenida no menos valiosa (hablando en términos presupuestarios y electorales)... y, ¡oh decepción!, enseguida aparecen restos de teatros romanos, foros, enormes bloques de la muralla, arrabales bereberes, conventos, claustros y toda la mundial arqueológica.
Deberíamos estar prevenidos (sobre todo cuando se obra en lugares donde la aparición de restos está cantada), pero resulta que no; en cuanto los primeros movimientos de tierra sacan a la luz el pasado, sobreviene el llanto y el crujir de dientes. Qué mala suerte, piensa el respetable. Y ahora habrá que parar todo, se temen los empresarios o políticos involucrados. ¡Total... por cuatro piedras!
Luego estamos los que pretendemos mirarnos en el espejo de otras ciudades europeas, donde la arqueología y la historia son bienvenidas porque aportan valor (incluso en términos económicos) y dan prestigio. Mas debemos expresarnos con prudencia. No nos tomen por locos o radicales.
Fernando Gimeno, Primer Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Zaragoza (PSOE) (El Periódico de Aragón, 26 de julio de 2007)
El consejero de Presidencia del Ayuntamiento de Zaragoza, Fernando Gimeno, acrecentó las críticas cuando afirmó, durante la sesión, que "debe haber continuidad viaria en la zona" y que "siendo importante los restos también importa la continuidad viaria en la ribera".
Gimeno, además, aseguró que, en relación con la aparición de los restos, "se preveía lo que podía ocurrir, lo que ha ocurrido y lo que aún puede ocurrir", aunque insistió en que el ayuntamiento quiere que las obras estén concluidas para la Expo.
Domingo Buesa, Portavoz del PP en el Ayuntamiento de Zaragoza (El Periódico de Aragón, 26 de julio de 2007)
El portavoz del PP, Domingo Buesa, fue uno de los más críticos con Gimeno. "Yo no admito lo del vial. Es la ley la que dice lo que se puede hacer o no y todo esto me parece una burla, un chanchullo tremendo, ya que los barrios se pueden conectar por muchos sitios", dijo.
Aunque Buesa no se olvidó del pliego de condiciones hecho público por Expoagua el pasado miércoles. "Es una vergüenza que nos tengamos que enterar por una página web de las obras que se ejecutarán", dijo. Por eso, reclamó al equipo de Gobierno (PSOE-PAR) que facilite a los grupos municipales todos los informes realizados hasta la fecha sobre el Balcón de San Lázaro.
Manuel Lorenzo Blasco, Tercer Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Zaragoza (PAR) (El Periódico de Aragón, 26 de julio de 2007)
Por su parte, el PAR se mostró sorprendido por la noticia del derribo de dos estructuras de las ruinas, aunque aguardarán a que la Dirección General de Patrimonio se pronuncie. "Vamos a pedirles que hagan un nuevo informe para valorar los restos y marque las directrices a seguir a partir de ahora. El PAR estará con lo que ellos digan, puesto que son la máxima institución para decidir", explicó el aragonesista Manu Blasco, teniente de alcalde del consistorio.
Antonio Gaspar, Portavoz de CHA en el Ayuntamiento de Zaragoza (El Periódico de Aragón, 26 de julio de 2007)
Más beligerante se mostró el portavoz de CHA, Antonio Gaspar, que lamentó que no se haya buscado un consenso en esta determinación. "Me extraña y me parece una vergüenza que no se tenga un respeto escrupuloso con el patrimonio zaragozano y, en especial, con esta zona, dado que pertenece al entorno del Pilar y merece una protección máxima", sentenció el anterior teniente de alcalde de Urbanismo.
Gaspar señaló además que en esta obra es imprescincible realizar una excavación arqueológica completa. "No se puede saber si se hace o no el vial subterráneo si no se comienza por hacer las catas pertinentes, para respetar y demostrar el respeto que se tiene al patrimonio, como se hizo cuando CHA estaba en el equipo de Gobierno", añadió.
José Antonio Alonso, Portavoz de IU en el Ayuntamiento de Zaragoza (El Periódico de Aragón, 26 de julio de 2007)
Por su parte, el concejal de IU, José Manuel Alonso, resalto que "los restos encontrados son de la suficiente importancia como para tener el máximo respeto por ellos en la ordenación de la zona". El edil pidió también que el área peatonal se amplie al máximo.